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PASTORAL VOCACIONAL: URGENCIAS

R. Raffaele Sacco

1. El tema de la vocación debe estar sustentado por una eclesiología sólida que evite una visión “puramente funcional” de la Pastoral Vocacional.

2. Es necesario que en el futuro se desarrolle la teología del sacerdocio y de la vida consagrada, al mismo tiempo que su relación con la vocación de los laicos, evitando confusiones siempre posibles; en el programa ordinario de las facultades y escuelas de teología, es necesario ofrecer las bases doctrinales referentes a la vocación y a las vocaciones.

3. Es indispensable dar una preparación específica a los animadores vocacionales y a los diversos responsables del acompañamiento vocacional a fin de evitar improvisaciones y cierta superficialidad.

4. Es oportuno favorecer una pastoral de las vocaciones más orgánica y mejor programada con el fin de concretizar la corresponsabilidad y la coordinación de personas y comunidades.
5. El servicio vocacional debe ser visto como el “alma de toda evangelización”, y no como “una cosa más a hacer”. No habrá una solución satisfactoria al problema de las vocaciones hasta que las parroquias no lo perciban como un problema que les concierne. Es preciso que los obispos animen de todas las formas posibles a las comunidades parroquiales para que se conviertan en lugares ordinarios del itinerario vocacional.

6. Necesitamos tener el coraje suficiente para implicar en esta tarea un número adecuado de personas que, a tiempo pleno, se consagren a la pastoral vocacional entre los jóvenes.

7. Se debe ofrecer a los jóvenes el espectáculo de una Iglesia viva y darles la ocasión de participar en su vida, particularmente en la liturgia. Es necesario invitarles, según su edad, a comprometerse en la acción apostólica de su parroquia o de su comunidad de fe.

8. Es importante llevar una pastoral de juventud que tenga en su horizonte la pastoral vocacional. un proyecto de pastoral juvenil no puede no proponerse como objetivo último la maduración de un diálogo personal, profundo, decisivo del joven o la joven con el Señor. En efecto, la pastoral juvenil no es completa ni eficaz más que en la medida en la que se abra a la dimensión vocacional.

9. Sin la familia no hay verdadera pastoral vocacional. La acción pastoral debe ayudara  alas familias a convertirse de forma más eficaz en un medio privilegiado en el que la escucha de la palabra de Dios suscite actitudes evangélicas, como un deseo de intimidad con Dios en la oración, un vivo compromiso con la misión de la Iglesia, el don de sí mismo a los pobres.

10. Un plan de acción para la pastoral de las vocaciones supone un esfuerzo general de evangelización y de formación espiritual. Es necesario iniciar a los cristianos, incluidos los jóvenes, en el descubrimiento de las llamadas que vienen de la misión propia de la Iglesia en medio de las necesidades, sobre todo espirituales, del mundo de hoy.

Sólo una Iglesia misionera se hace merecedora de que Dios le envíe vocaciones.