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ETAPA II: MADURACIÓN DEL VALOR VOCACIONAL

MOTIVACIONES VOCACIONALES

JUAN CARLOS MARTOS

CONTENIDOS

 

 

LAS MOTIVACIONES VOCACIONALES

 

  • Naturaleza de las motivaciones. Las motivaciones, que constan de un fin y de un impulso, constituyen la razón y la fuerza que mueven a una persona a conseguir las metas que se propone. Las motivaciones vocacionales hacen que una persona actúe con rectitud de intención y libertad al abrazar la vocación, y que ésta sea dinámica. Las motivacio­nes vocacionales, junto a la conciencia de la llamada, impulsan al candidato a abrazar la vocación de una manera responsable, dinámica y en constante superación.
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  • Tipos de motivaciones. En las motivaciones vocacionales hay que distinguir los siguientes aspectos:

 

    • Las motivaciones se pueden presentar de forma consciente o inconsciente. Las conscientes son conocidas y pueden ser fácilmente detectadas, controladas y educadas. Las inconscientes no son conocidas a la persona, pero son activas, dinámicas e influyen eficientemente en sus comportamientos.

 

    • Las motivaciones vocacionales aparecen también a veces como inadecuadas e insuficientes. Las primeras son aquellas que, aun siendo positivas, no se adecuan a los valores y al estilo de vida claretiana. Las segundas, que también pueden ser positivas, no dan razón ni justificación completa para abrazar la vida misionera. Estas motivaciones, aun siendo buenas, no son válidas vocacionalmente.

 

    • Las motivaciones vocacionales pueden ser, además, auténticas y válidas. Las auténticas son las que brotan de una persona libre, no condicionada ni sometida a presiones internas y externas (sin miedo, ni dolo). Las válidas son aquellas cuyo fin y contenidos están en línea con el mundo de valores de la vida claretiana (vivir las exigencias del Reino, el seguimiento de Jesús, la evangelización...); por lo mismo, son, también, adecuadas y suficientes vocacionalmente.

 

  • Motivaciones auténticas y válidas. El candidato ha de tener y manifestar plena libertad y recta intención a la hora de optar por una vocación de especial consagración. Esto significa que ha de estar impulsado por motivaciones vocacionales auténticas y válidas; es decir, ha de estar libre de toda presión interior y exterior que condicione su decisión y ha de estar movido por los valores propios de la vida consagrada. El discernimiento de las motivaciones vocacionales es decisorio para dar un juicio adecuado sobre la idoneidad del candidato.

 

  • DISCERNIMIENTO DE LAS MOTIVACIONES VOCACIONALES
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  • Para un mejor discernimiento, desde el punto de vista pedagógico, conviene tener en cuenta las siguientes orientaciones:

 

  • Hay que comenzar a detectar y clarificar las motivaciones  desde la primera selección vocacional y se ha de continuar en las siguientes etapas. Las conscientes se suelen expresar explícitamente en las conversaciones, diálogos, entrevistas, cuestionarios. Las inconscientes son más difíciles de descubrir, pues no las conoce ni el mismo sujeto y, sin embargo, actúan por su cuenta y con eficiencia.

 

  • Las motivaciones conscientes e inconscientes pueden coexistir simultáneamente en la persona. Un candidato puede expresar una motivación consciente de acuerdo con los valores de la propia vocación y, sin embargo, puede estar movido de hecho por motivaciones inconscientes cuyos valores no tienen nada que ver con los valores del proyecto de vida vocacional. Esta situación requiere una clarificación.

 

  • Parece oportuno indicar algunos síntomas frecuentes que pueden llevarnos a sospechar la posible existencia de motivaciones inconscientes que no adecuan con los valores vocacionales que se persiguen. Podemos hablar así de engaños vocacionales en cuanto que ocultan o confunden la autenticidad de la motivación. Con frecuencia vienen encubiertos con determinados mecanismos de defensa que entorpecen el acceso y se detectan por via indirecta.

 

Aunque no se trata de dudar sistemáticamente de la vocación, sino de “discernir” para corregir la motivación adecudada y fortalecer la libertad y la rectitud de intención del candidato. Su respuesta vocacional deberá moverse por el bien real antes que por el bien aparente. Señalamos entre los engaños vocacionales éstos:

 

    • La incapacidad persistente del candidato para superar conflictos (dudas, dificultades, perplejidades, tensiones...) que le llevan con frecuencia a perder la paz interior y el equilibrio psicológico.

 

    • Insatisfación y falta de ilusión y de alegría prolongadas en la vivencia de los compromisos vocacionales que se deben ir asumiendo progresivamente.

 

    • Incapacidad de superar las frustraciones inherentes a las renuncias propias del compromiso vocacional; mostrar una amargura permanente ante las dificultades de la vocación.

 

    • Deseo de probarlo todo sin renunciar a nada, una vez determinado por un camino vocacional.

 

    • No tener criterios de conducta coherentes con los valores propios que se profesan, a pesar de haberlos escuchado con frecuencia.

 

    • No entregarse de hecho y en concreto a los demás. O entregarse de una manera desmesurada hasta perder la propia libertad personal (excesiva sumisión).

 

    • No poner al servicio de los valores vocacionales las mejores energias y cualidades personales.

 

    • Incapacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes por las que va pasando el individuo.

 

    • Falta de una fundamental confianza hacia los demás. Manifestar formas competitivas o agresivas en la relación hacia ellos. Silencios sobre asuntos que son importantes y que se ocultan por motivos que se desconocen.

 

    • Pereza e incapacidad eficaz y pronta de pasar del conocimiento teórico de determinados valores a comportamientos y actitudes de vida.

 

    • Claridad y espontaneidad al hablar de las motivaciones espúreas y deficitarias que se dan en toda vocación, sin mieod porque se poesee en grado suficiente un peso motivacional adecuado.

 

    • Un cierto “sexto sentido” del acompañamente que llega a detectar en el candidato –a veces sin poder ser muy explícito- que “algo no funciona bien”.

 

    • Y otros indicios más que denotan la falta de lógica en los comportamientos concretos del individuo.

 

  • Aunque al comienzo del discernimiento vocacional las motivaciones no estén muy clarificadas y su autenticidad y validez no aparezcan con transparencia, sin embargo, pueden ser  clarificadas, reorientadas y educadas. Se impone para ello su revisión y clarificación para depurarlas con honesti­dad y transparencia. Es una tarea difícil, por la tendencia a ra­cionalizar y justificar las propias actitudes y comportamientos, y a proyectar en los demás los problemas y las deficiencias personales. El discerni­miento a la luz de la fe, la lectura vocacional de la Palabra de Dios, la revisión de vida personal y comunitaria, el autoconocimiento de las propias actitudes y com­portamientos, la corrección fraterna, el consejo pastoral y el acompañamiento personal, son, entre otros, los medios más eficientes, que ayudan a descubrir y purificar los «porqués» de la propia conducta.

 

INTERVENCIONES PEGAGÓGICAS

 

Esta ficha va dirigida directamente a Agentes de Pastoral Vocacional, para orientar en el trabajo de acopañamiento y de discernimiento de las motivaciones vocacionales. Ofrecemos unas pistas de trabajo que deberán ser necesariamente complementadas en todo el proceso formativo del candidato.

 

LECTURA Y ASIMILACIÓN DEL DOCUMENTO

 

  • Leer atentamente el documento. Aclarar las palabras o expresiones que no se entiendan o se ignore su significado en el contexto. Después ir señalando con un lápiz:

 

    • Lo que no entiendes (¿)
    • Lo que te parece que sobra (+)
    • Lo que falta, según tu opinión (-)
    • Lo que subrayas como más importante de todo (_)

 

  • Comenta el valor, significado y utilidad pastoral de la diversidad de las motivaciones que presenta este documento concreto.
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  • EJERCICIOS PARA ADIESTRARSE EN
  • EL DISCERNIMIENTO DE LAS MOTIVACIONES VOCACIONALES
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  • Como pasos pedagógicos para detectar, purificar y educar las motivaciones que apoyan la decisión vocacional señalamos los siguientes:
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  • Detectar las distintas motivaciones que dinamizan los comportamientos del candidato. Esto se puede realizar:

 

  • A las motivaciones conscientes se accede de manera directa: El candidato reconoce y verbaliza las motivaciones que le empujan en la decisión vocacional.
  • A las motivaciones inconscientes se accede de manera indirecta y no son a veces fáciles de localizar: Por observación de la conducta y comportamiento del candidato, atendiendo a su manera de elegir y rechazar.

 

  • Detectar la motivación predominante, esto es, aquella que cataliza, da forma y arrastra al conjunto de los comportamientos del candidato. Y comprobar si esta adecua a los valores vocacionales, o a una función utilitaria, o a la defensa del yo, o...

 

  • Detectar los engaños vocacionales, que encubren motivaciones inconscientes y comprobar el influjo real que tienen en concreto en la orientación de una determinada vocación.

 

  • Ofrecer en el acompañamiento un proceso de purificación y consolidación motivacional permanente en la línea de los intereses del reino. Para ello ayudará la praxis permanente y acompañada de la lectio divina del candidato. Además, es conveniente observar estos criterios:

 

    • La profundización: Señalar un camino de autoconocimiento de las motivaciones inconscientes.
    • La interpretación: Proponer una hipótesis explicatica de las causas inconscientes de las conductas observadas.
    • La confrontación: Clarificar, ventilar y vencer las resistencias que mantienen al candidato en sus reacciones.
    •  La proposición: ofreciendo alternativas que sean entendidas, acogidas y puestas en práctica por el candidato.