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INSTRUMENTO: LECTURA VOCACIONAL DE LA PALABRA

JUAN CARLOS MARTOS

CONTENIDOS

 

  • La Palabra de Dios, viva y enérgica , posee en sí  misma la fuerza de interpelar a sus oyentes, suscitando una  respuesta fiel y generosa. Por medio de la Palabra, Jesucristo  llama a la conversión, a la fe y a la  comunión con Él en su vida y misión; y constituye la comunidad  de discípulos . La Palabra de Dios revela el sentido profundo de las cosas y de la historia, orienta el discernimiento y motiva las opciones diarias de la vida.
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  • En el campo de la pastoral vocacional, la lectura vocacional de la Biblia, la meditación y la contemplación de la Palabra y su traducción en experiencia de vida (=lectio divina), constituyen  el terreno en el que florece y se desarrolla la auténtica pastoral vocacional. Esa lectura vocacional de la Palabra de Dios tiene tres pasos:

 

1º. Descubrir lo que el texto dice en sí mismo.

2º. Descubrir lo que el texto dice a cada persona.

3º. Descubrir lo que el texto inspira a cada uno como respuesta a Dios.

 

  • La lectura de la vida a la luz de la Palabra de Dios, acción altamente espiritual y no sólo psicológica, lleva a reconocer la presencia de Dios en ella; y, en el interior de este misterio, permite descubrir poco a poco la semilla de la vocación que el mismo Padre Dios-Sembrador ha depositado en los surcos de la vida .

 

 

1. STATIO. Preparación.

 

         Disponer el cuerpo y el espíritu. Postura y compostura. Cesar en la ocupación o en la acción en que se estaba. Buscar el sitio. Pedir ayuda a Dios.

 

• Tomo con amor el Libro. Lo pongo entre mis manos como si fuera un tesoro. Lo levanto a los labios. Lo beso. El cuerpo, en contacto directo con el Libro, dice: aquí estoy.

• Con el corazón limpio y con humildad, invoco al Espíritu Santo; pido que se haga presente con sus dones (entendimiento, sabiduría, consejo...).

 

2. LECTIO. Lectura.

 

         Lectura reposada, sin prisas. Atenta al contexto, a las referencias, a los textos paralelos. Lectura repetida, intentando comprender todos los matices de lo que se va leyendo. Buscando captar el significado.

 

• Acaricio con la vista todas las palabras. Poso la mirada con amor en cada una de las frases. Me detengo en cada rincón del texto. Leo. Releo. Subrayo o escribo una palabra.

 

• Sugerencia 1ª: preguntas elementales al leer: ¿qué dice el texto? ¿Quiénes son los protagonistas? ¿Qué hacen? ¿Quién habla? ¿A quién habla? ¿Qué hecho o expresión parece fundamental?

 

• Sugerencia 2ª: técnicas elementales que se pueden utilizar

 

- memorizar el texto; guardarlo en el corazón, en todo o en parte;

- escribir el texto; con mimo, como los copistas o miniaturistas;

- comparar distintas versiones (con alguna otra Biblia);

- leer no sólo con la mente, sino con los labios: en alto, bajito, susurrando, proclamando...

 

3. MEDITATIO. Meditación.

 

         A la lectura atenta sigue la meditación reposada. Las palabras leídas se guardan ahora en el corazón para que sean iluminadas por el Espíritu. Para llegar a conectar ahora con el mensaje central  o global de la Palabra. Con el núcleo del mensaje bíblico.

 

• Recojo las palabras o hechos que más me han llamado la atención: ¿qué significan para mí? ¿Por qué me impactan?

• Interiorizo o rumio estas palabras o hechos; desde la mente pasan al corazón y toman asiento en él: ¿qué siento yo? ¿Cómo me siento yo?

• Veo mi vida y la vida, mi historia y la historia, a la luz de esa Palabra: ¿qué me sugiere? ¿Qué ilumina? ¿Qué reclama de mí?

 

4. ORATIO. Oración.

 

         De la meditación brota la oración. De la acogida, el diálogo como respuesta al Señor que ha hablado

 

• He meditado el texto. Ahora el texto que se me ha dado lo hago oración. Y toma cuerpo: pido perdón, o suplico e intercedo, o alabo y doy gracias, o me ofrezco y entrego...

 

5. CONTEMPLATIO. Contemplación.

 

         La oración desemboca en la contemplación. La atención y la mirada pasa ahora de la Palabra leída, meditada y orada a Aquel que me habla.

 

• Dejo de discurrir con la cabeza. Dejo de hablar con el corazón. Doy espacio al Espíritu para que en mí adore, alabe y glorifique... Pongo toda mi vida abierta a la Palabra. Me inunda. Me empapa. Enmudezco o canto. Me postro o danzo. Adoro. Lloro. Me asombro. Ahí voy siendo revestido de Jesús, configurado con El; voy siendo hecho criatura nueva...

 

6. DISCRETIO. Discernimiento.

 

         Este paso se va dando a lo largo de todo el proceso de lectura, escucha, meditación, contemplación. Discernimiento. Elegir  según Cristo, como Cristo. Concretar la voluntad de Dios.

 

• Ahora recojo, como luz y fuerza, aquello que he visto con más claridad y en qué dirección me empuja. Como respuesta a lo que Dios quiere de mí, aquí y ahora; a lo que el Espíritu, a  través de esta Palabra, pide hoy de mí, en la situación concreta que vivo.

 

7. COLLATIO. Intercomunicación.

 

         A la hora de responder a la Palabra se puede compartir con otros, con los hermanos o hermanas. Cabe la posibilidad de “la lectio” personal y comunitaria. Los primeros pasos de la “lectio” se pueden hacer en privado, haciendo la lectura de un mismo texto... Luego vendría el reunirse  en asamblea.

 

• Aporto los ecos que la Palabra ha suscitado en mí. En clima oracional. Sin disquisiciones o disertaciones. Como intercambio de experiencias y vivencias (llevarlo escrito puede ayudar).

 

8. ACTIO. Respuesta.

 

         La Palabra, escuchada desde la fe y con fe, hace que, poco a poco, Cristo mismo nos vaya conformando a su imagen y semejanza.

Cuando la Palabra nos habita, también nos habilita para llegar a ser palabra, signo, expresión del amor y de la comunicación de Dios.

 

         La Palabra nos va agarrando por dentro. Leída, meditada, orada y contemplada nos va empujando y nos lleva a conectar continuamente con la realidad de cada día para ser vivida, testimoniada, anunciada.

 

• Ofrezco, en el día a día, a los demás el agua viva que a mi me va transformando; mi propia vida como anuncio, con obras y palabras.

 

 


 

INTERVENCIONES PEGAGÓCICAS

 

Esta ficha va dirigida directamente a Agentes de Pastoral Vocacional. Pretende orientarles e iniciarles en la “lectio divina”, aplicada a la pastoral vocacional.

 

LECTURA Y ASIMILACIÓN DEL DOCUMENTO

 

  • Leer atentamente el documento. Aclarar las palabras o expresiones que no se entiendan o se ignore su significado en el contexto. Después ir señalando con un lápiz:

 

    • Lo que no entiendes (¿)
    • Lo que te parece que sobra (+)
    • Lo que falta, según tu opinión (-)
    • Lo que subrayas como más importante de todo (_)

 

  • Antes de pasar al ejercicio práctico que se propone después, pon en común tus dudas, tus preguntas, tus incertidumbres, con relación a la lectura vocacional. Al ejercicio se va con las ideas claras de lo que se debe hacer y por qué.

 

EJERCICIO DIRIGIDO DE LECTURA VOCACIONAL DE LA PALABRA

 

  • El trabajo podría consistir en realizar un ejercicio de oración sobre un texto vocacional. Conviene que se realice en un lugar adecuado, con unas condiciones suficientes y, además, que pueda haber tiempo posterior para la puesta en común.

 

  • Proponemos varios textos bíblicos del N.T. para realizar el ejercicio, a fin de que cada cual elija uno en concreto, para hacer su rato de oración.

 

    • Lucas 1,26-30        Vocación de María
    • Marcos 1,16-20      Vocación de los primeros discípulos
    • Marcos 2,13-14      Vocación de Leví
    • Marcos 3,13-19      Institución de los Doce
    • Mateo 10,1-15       Misión de los Doce 
    • Mateo 19,27-29     El joven rico
    • Lucas 1,57-60        Vocación de Juan Bautista
    • Lucas 5,1-11                   Vocación de los 4 primeros discípulos
    • Juan 1,35-51                  Vocación de los primeros discípulos
    • Hechos 9,1-19       Vocación de Pablo

 

  • Conviene hacer caer en la cuenta e incluso insistir, desde el comienzo, en que el objetivo no es completar todos los pasos que se indican en una lectura vocacional “ideal”, sino hacer experiencia y aprender. En ese sentido, sería bueno indicar a los que realicen el ejercicio que tengan particularmente en cuenta los 4 primeros pasos, sobre todo.

 

1. STATIO. Preparación.

2. LECTIO. Lectura.

3. MEDITATIO. Meditación.

4. ORATIO. Oración.

5. CONTEMPLATIO. Contemplación.

6. DISCRETIO. Discernimiento.

7. COLLATIO. Intercomunicación.

8. ACTIO. Respuesta.

 

  • La puesta en común, después del tiempo de ejercicio, podría girar en torno a estas preguntas:
  • ¿Qué has hecho en este tiempo? (detallar lo que “ha pasado”, sin afán moralístico de decir si se ha hecho o no bien,... sino ver lo que ha sucedido)
  • ¿Cómo te has sentido?
  • ¿Qué cosa nueva has descubierto?
  • Conclusiones para la pastoral

 

cf Hb 4, 12.

cf Mc 1,14-15; Hech 2, 37.

cf Mc 3, 13-14; Hech 2, 47.

cf NVNE, 35c.