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LA FAMILIA CRISTIANA:

PALANCA VOCACIONAL DEL PRESENTE Y DEL FUTURO II

A la luz del Magisterio de la Iglesia

Gabriel Calvo

III. LAS VOCACIONES SACERDOTALES y RELIGIOSAS EN LAS FAMILIAS

La vocación religiosa de los hijos: “Parte de Dios”en la familia

¿Qué hariais vosotros si el Maestro Divino viniese a pediros “la parte de Dios”, es decir, uno u otro de vuestros hijos o hijas, de los que se haya dignado concederos, para formar de ellos su sacerdote, su religioso, su religiosa?... [#4]

· ~Sin duda ninguna, frente a un deseo de vida sacerdotal o religiosa los padres tienen el derecho -- y en ciertos casos aun el deber -- de asegurarse de que no se trata de un simple impulso de imaginación o sentimiento que anhela un hermoso sueño fuera de casa, sino una deliberación seria, ponderada, sobrenatural, examinada y aprobada por un sabio y prudente confesor o director espiritual. [#5]

Las Vocaciones son una Fuente de Bendiciones Para las Familias

'Cuando Dios hiciese un día el honor de pedir uno de sus hijos o de vuestras hijas para su servicio, sabed apreciar el valor y el privilegio de una gracia tan grande, para el hijo o para la hija escogidos, para vosotros y para vuestra familia. Es un gran don del cielo que se os mete en casa; es una flor, crecida de vuestra sangre, regada con el rocío celeste, olorosa con perfume virginal, que ofrecéis al altar y al obsequio del Señor. Es una fuente de bendiciones."[#6] (PíO XII, a recién casados: 25/111/42)

Bendiciones del Señor Sobre las Familias que Promueven Vocaciones

"Lo que la familia puede hacer por la vocación, en sentido amplio, de sus hijos, es uno de los puntos fundamentales de la pedagogía fundamental, aún no suficientemente estudiado en sus componentes psicológicos y morales.

Y, cuando por vocación se entiende la elección del servicio a Cristo y a la Iglesia con la consagración total de la persona a este ideal de santidad y de sacrificio, el papel de la familia se hace más complejo y problemático no sólo por el respeto debido a la libertad del hijo, sino también por el factor imponderable de la Gracia inspiradora de la vocaci6n”.

(PABLO VI, al Grupo de Dirigentes de la Unión de Mujeres de A.C. :3/XI/65

Honor de Tener un Hijo Sacerdote

"Si formáis una asociación es para adquirir en conjunto una conciencia más viva del inmenso honor que Dios os ha hecho depositando los tesoros del sacerdocio en las manos de vuestros hijos; para asumir con una mayor alegría la obligación de una especial santidad de vida, para exhortaros mutuamente y ayudaros por medio de retiros, conferencias, publicaciones. iniciativas todas que aprobamos y alentamos de corazón." (#6)

(PAULO VI, A un Grupo de Padres de Sacerdotes: 4 de Mayo de 1986)

Las Vocaciones Sacerdotales y Religiosas. Prueba de la Autenticidad de la Educación Cristiana de los Hijos:

"Con su ejemplo más que con sus palabras, los padres enseñarán a sus propios hijos a ser generosos con los débiles, a compartir su fe y sus bienes materiales con los niños y jóvenes que todavía no conocen a Cristo o que son las primeras victimas de la pobreza e ignorancia.

Así, los padres cristianos serán capaces de captar el brote de una vocación sacerdotal o religiosa misionera como una de las más bellas prueba de la autenticidad de la educación cristiana por ellos impartida, y pedirán que el Señor llame a uno de sus hijos. (Juan PabloII, Jorn. Mun. Mis. 11/VIII/8l).

Todo parte de la Familia y está condicionado por la Familia:

“Ciertamente es necesario cooperar en armonía con el seminario diocesano y proceder conjuntamente en la delicada tarea de la educación y de 1a formación de los aspirantes al presbiterio. En efecto, el seminario desarrolla un papel único y determinante. Pero todo parte de la familia, todo está condicionado por ella en última instancia.

Por esto, también vosotros, queridos familiares, participáis de 1a vocación de estos muchachos. También vosotros, en cierto sentido, podéis y debéis responder al Señor: “He aquí.. .hágase en mi según tu Palabra”, permitiéndole y, más aún, entregándole el fruto de vuestro amor recíproco. Y estad seguros que vale la pena comprometerse hasta este punto por el Señor y por su Iglesia.' (JUAN PABLO II, a un Grupo de vocaciones del Pontificio Seminario Romano Menor: 20/XII/1981).

La Esperanza del Florecimiento de las Vocaciones Sacerdotales y Religiosa

Se apoya en las familias instruidas evangélicamente

"La familia se debe, pues, abrir a las numerosas obras de servicio social, especialmente en favor de los pobres y de los marginados; debe asumir un compromiso civil para animar cristianamente las realidades temporales”.

"La familia cristiana tiene también en la Iglesia su lugar y su ministerio, estando llamada a participar, precisamente como familia, en la misión de salvación de la misma Iglesia. Esto lo realizará la familia en la medida en que es fiel a su identidad y se desarrolla como comunidad creyente y evangelizadora, en el diálogo con Dios y en el servicio de todos los hombres según el mandamiento de la caridad. De esta forma la familia se convierte también en un manantial de vocaciones porque, como Iglesia doméstica, participa de la triple misión de la Iglesia de Cristo la misión sacerdotal, real y profética”.

"En este contexto, los padres sinodales reunidos en Roma el año 1980 para tratar sobre "Misión de la familia cristiana en el mundo contemporáneo", afirmaron en su Mensaje final que la esperanza del "florecimiento de las vocaciones sacerdotales y religiosas" (*20) se apoya en las familias instruidas evangélicamente. (JUAN PABLO II, de Emilia-Romagna (Italia) en la visita Ad Limina: 2 Mayo 1956)

La vocación sacerdotal o religiosa es un don especial de Dios a la familia

"Me dirijo en especial a los padres cristianos, que tienen una misión de primer orden en la Iglesia y en la Sociedad. Efectivamente, donde germinan y brotan vocaciones sacerdotales y religiosas las más de las veces, es sobre todo en la familia. No en vano el Concilio llama a la familia "primer seminario", recomendando que en ella se creen las condiciones favorable para su desarrollo." [OT,2]. Ciertamente entre los servicios que los padre pueden prestar a sus hijos ocupa el primer lugar el de ayudarles a descubrir y a vivir la llamada que Dios les hace sentir, incluida la "sagrada [cfr. Gaudium et Spes, 52; Familiaris Consortio, 53). (JUAN PABLO II Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones:11 Febrero 1957)

IV.- Misión de las familias en el florecimiento de las vocaciones

La ejemplaridad de los padres es motivadora, estimulante y eficaz

· ~Cuando en una familia los padres, siguiendo el ejemplo de Tobías Sara, piden a Dios numerosa descendencia “que bendiga el nombre del Señor por los siglos de los siglos”, y la reciben con hacimiento de gracias como don del cielo y depósito precioso, y se esfuerzan por infundir en sus hijo desde los primeros años el santo temor de Dios, la piedad cristiana, tierna devoción a Jesús Sacramentado y a la Santísima Virgen, el respeto y veneración a los lugares y personas consagradas a Dios;

· ~cuando los hijos tienen en sus padres el modelo de una vida honrada laboriosa y piadosa; cuando los ven amarse santamente en el Señor, recibir con frecuencia los santos Sacramentos, y no sólo obedecer a las leyes de 1a Iglesia, sobre ayunos y abstinencias, sino aun conformarse con el espíritu de la mortificación cristiana voluntaria;

· ~cuando los ven rezar, aun en el mismo lugar doméstico, agrupando en torno a sí a toda la familia, para que la oración hecha así, en común, suba y sea mejor recibida en el cielo; cuando los hijos observan que sus padres se compadecen de las miserias ajenas y reparten a los pobres de lo poco o mucho que poseen,

·~será bien difícil que los hijos tratando todos de emular los ejemplos de sus padres, alguno de ellos a lo menos, no sienta en su interior 1a voz del Divino Maestro que le diga: Ven, sígueme. Cf. Mt 14:21]”. [#63]

(PíO XI, Ad Cath. Sacerdotii: 20/XII/35).

Responsabilidad de las Familias

'Es necesario poner en condiciones al joven para escuchar la voz de Dios que llama, y darle su consentimiento. Aquí, la responsabilidad de 1a familia es inmensa, porque depende en gran parte de la atmósfera del ambiente familiar de un posible diálogo interior con Dios. Por desgracia en algunas familias el clima no es de fe ni de amor." (PAULO VI, en la VI Jornada Mundial de las Vocaciones: 15/3/70)

Generosidad de los padres ante el don sagrado de la vocación de los hijos :

"Considerad, amados hijos e hijas, que de la familia fundada según el querer divino por la legítima unión del hombre y de la mujer, Cristo y la Iglesia universal sacan sus ministros y los apóstoles del Evangelio, sacan los sacerdotes y los heraldos que apacientan al pueblo cristiano y atraviesan los mares para iluminar y salvar las almas. ¿Qué hariais vosotros si el Maestro Divino viniese a pediros "la parte de Dios," es decir, uno u otro de vuestros hijos o hijas, de los que se haya dignado concederos, para formar de ellos su sacerdote, su religioso, su religiosa? " [~4].(Pío XII a unos recién casados: 25/111/42).

Ambiente Familiar y Vocaciones

* "Cread en vuestras familias la atmósfera adecuada para que nazcan la vocaciones (J.P.II, Jor. Mun. de la Oración por las Vocaciones: 6/V/79)

Orar mucho por cada una de las vocaciones de vuestros hijos.

* "Mis queridos padres y familiares, al considerar el don que el Señor ha hecho a un miembro de vuestras familias llamándolo al sacerdocio, podéis ciertamente sentir por ello un humilde y santo orgullo... Sed agradecidos al Señor por todo. Y, sobre todo, estad cerca, con la oración, de vuestro familiar que se prepara a ser sacerdote. (JUAN PABLO II, a los padres de 108 alumnos del Seminario Mayor Romano:20/3/B3)

* "Estad siempre santamente orgullosos de que el Señor haya llamado a alguno de vuestra familia para seguirle de cerca. Pero continuad cada día acompañándolo con la oración, para que su compromiso de consagración sea siempre perseverante y fervoroso." (J.PABLO II, a sacerdotes, y miembros de Institutos Seculares en PRATO [Italia]: 19/111/56)

Examen a la conciencia vocacional de las familias

"En verdad, si se mirasen las cosas a la luz de la fe, ¿qué dignidad más alta podrían los padres cristianos desear para sus hijos, qué empleo más noble que aquél que, como hemos dicho es digno de veneración de los Ángeles y de los hombres?" [#63]. (PíO XI, "Ad Cath. Sac.: 20/XII/35).

"¿Qué hariais vosotros si el Maestro Divino viniese a pediros "la parte de Dios," es decir, uno u otro de vuestros hijos o hijas, de los que se haya dignado concederos, para formar de ellos su sacerdote, su religioso, su religiosa?" E#4]. (PíO XII, a unos recién casados: 25/111/42)

"¿De qué familia ha salido aquel sacerdote? ¿Cómo ha venido a estar entre vosotros? ¿Quién le envía? . Le envía la Iglesia, le manda Cristo. Y ¿ serán solamente los otros, dando a Dios sus hijos y sus hijas, los que han de procurar y asegurar la continua recepción de tan grande recepción de bienes espirituales? " [#9]. (PíO XII, a unos recién casados: 25/111/42)

"Si vuestras hijas quisieran amar a un hombre, podrían elegir a quien quisieran según las leyes. Y a quienes se les concede escoger a cualquier hombre, ¿no se les permite escoger a Dios?". (5. Ambrosio, citado por Pío XII en su Enc. Sacra Virginitas [la Sagrada Virginidad]): 25/111/54)

"Cuando el Señor llama, en el ámbito de las familias: ¿Estamos plenamente dispuestos a que uno de los nuestros se ponga al servicio de la Iglesia? ¿Damos en nuestras conversaciones la impresión de una alta estima de la vocación?. ¿Somos capaces de desarrollar la intimidad y la confianza de los adolescentes y de los jóvenes hacia el Señor, y el deseo de un servicio cada vez mayor?". ( Paulo VI en la IX Jorn. Mund. de O. por las VV. 15/3/72)

¿Por qué un tesoro? (Queremos tal vez con esto disminuir el valor del matrimonio y la vocación a la vida familiar? ¿O bien sucumbimos al desprecio maniqueo por el cuerpo humano y por sus funciones? ¿Queremos tal vez despreciar de algún modo el amor que lleva al hombre y a la mujer al matrimonio y a la unión conyugal del cuerpo, para formar así una sola carne?" ¿Cómo podremos pensar así y razonar de tal manera, si sabemos, creemos y proclamamos, siguiendo a San Pablo, que el matrimonio es un "Misterio Grande" referido a Cristo y a la Iglesia?". (JUAN PABLO II, a 108 sacerdotes; 'Jueves Santo: 8/IV/79).

V.- EXHORTACIONES PONTIFICIAS

Ofrecer a Dios cada uno de los hijos y de las hijas:

· ~Exhortamos a los padres y madres de familia a ofrendar gustosos para el servicio divino aquellos de sus hijos que sientan esta vocación. Y si esto les resultara duro, triste y penoso, mediten atentamente las palabras con que S. Ambrosio amonestaba a las madres de Milán: Sé de muchas jóvenes que quieren ser vírgenes, y sus madres les prohíben aun venir a escucharme. Si vuestras hijas quisieran amar a un hombre, podrían elegir a quien quisieran según las leyes. Y a quienes se les concede escoger a cualquier hombre, ¿no se les permite escoger a Dios?” (PíO XII, Encíclica Sacra virginitas ( sobre la sagrada virginidad): 25 marzo 1954)

Cada hogar debe ser un santuario de religiosidad y una escuela de virtudes:

'Dios ha puesto en el corazón del hombre tres amores principalmente que del suyo se nutren y con él se ennoblecen; el amor de los esposos, el amor de los padres, y el amor filial." (#3)

"Jesucristo ha dignificado el matrimonio, elevando este contrato entre los bautizados a la categoría de sacramento, y quiso también santificar con su ejemplo la convivencia familiar haciéndose miembro de un hogar, espejo de las más bellas virtudes." (#4)

"Por eso, deseamos que todo hogar se convierta, a imitación del de Nazaret, en un santuario de religiosidad y sea escuela de virtudes." (#6)

(JUAN XXIII, al Congreso Nacional de la Familia Española: 10/11/1959)

Animar grupos de jóvenes, de esposos y de padres de familia :

"Atiendan con especial cuidado a los jóvenes, a los esposos y a los padres de familia; es deseable que éstos se reúnan en grupos amistosos para ayudarse unos a otros a que con mayor facilidad y plenitud se comporten cristianamente en una vida que con frecuencia es difícil." (Capt. II #6 del "Presbyterorum Ordinis." Vaticano II: 7 de Diciembre de 1965

Promover el espíritu eucarístico entre los jóvenes, matrimonios y familias:

"Lo que impresiona inmediatamente, al considerar el Misterio Eucarístico, es que desde los orígenes de la Iglesia, ha sido vivido en una dimensión comunitaria, como ponen de relieve las realidades evocadas de casa, familia, cena. Enseguida viene a la memoria el recuerdo de la "casa' donde los discípulos prepararon una sala en el piso superior, grande, aderezada para que el Maestro divino pudiera comer allí, con ellos la Cena Pascual. (Lc 22:7-22). Y el pensamiento va también a los testimonios que el libro de los Hechos de los Apóstoles nos ha conservado acerca de la comunidad primitiva, cuyos miembros diariamente acudían unánimes al templo, partían el pan en las casas y tomaban su alimento con alegría y sencillez de corazón. (Hech 2:46).

"¡Que nunca disminuya en España el fervor Eucarístico que forma y mantiene los hogares en el amor de Dios, base de la auténtica felicidad familiar; que germina en vocaciones a Él consagradas y las alienta a la entrega-generosa' (#1O). (PABLO VI, al VII Congr. Eucar. N. de Sevilla: 23,'VI/1968)

Ser como un seminario vocacional

"Por ello exhortamos a las familias, que son el "primer seminario"(OT:2) y la insustituible reserva de nuevas vocaciones para la Iglesia, a fin de que en ellas se conserven y se vigilen los valores primarios de la fe , de la piedad, de la fidelidad gozosa de la ley divina." (PAULO VI en Jorn. Mund. de O por VV: Roma 18/3/72).

Hacer de cada parroquia una familia de familias:

"La vocación dice relación, ante todo, con la vida de la Parroquia... Pero tiene una relación totalmente particular con la vida de familia. Donde hay una pastoral familiar eficaz e inteligente, lo mismo que es normal acoger la vida como don de Dios, así es más fácil que se oiga la voz de Dios y sea más generosa la acogida que allí encuentre.

Comprendéis, queridísimos hermanos, cuan necesaria es al respecto una gran movilización de las fuerzas apostólicas partiendo de los ambientes fundamentales de la vida cristiana: las parroquias, las familias, las asociaciones y grupos juveniles. (J.P.II, a Conf. Epis. Italiana: 15/5/79)

Llegar a ser una pequeña iglesia doméstica abierta a las vocaciones

"En el momento en que me dispongo, como sucesor de Pedro, a ordenar nuevos sacerdotes para vuestra nación, quiero exhortar a cada familia cristiana del Japón a ser verdaderamente una Iglesia doméstica: un lugar donde se dé gracias y alabanza a Dios, un lugar donde su palabra sea escuchada y su ley obedecida, un lugar donde se eduque para la fe y donde la fe se alimente y se fortalezca, un lugar de caridad fraterna y de mutuo servicio, un lugar de apertura a los demás, especialmente a los pobres y necesitados

"Estad abiertos a las vocaciones que surjan entre vosotros. Orad para que, como señal de su amor especial, el Señor se digne llamar a uno o más miembros de vuestras familias a servirle. Vivid vuestra fe con una alegría y un fervor que sean capaces de alentar dichas vocaciones. Sed generosos cuando vuestro hijo o vuestra hija, vuestros hermano o vuestras hermana decida seguir a Cristo por este camino especial. Dejad que su vocación vaya creciendo y fortaleciéndose. Prestad todo vuestro apoyo a una elección hecha con libertad." (J.P.II, en Nagasaki: 25/11/81)

Hay que atender a las familias:

"Como sabéis, las vocaciones nacen, se desarrollan y maduran en la familia. Casi siempre son fruto de familias donde se vive intensamente según los principios de la Fe. Por tanto hay que atender a las familias siguiendo así el camino del último Sínodo de los Obispos.

De las familias buenas vendrán los hombres que serán fermento de una sociedad cada vez más justa y fraterna, de una sociedad mejor. Las vocaciones maduran en un laicado consciente, plenamente realizado gracias a la fe y responsable de su tarea en el medio en que vive. (J.P.II, a los Obispos de Angola, Sto Tomé y Príncipe, en su visita Ad Limina: 20/10/81).

Evangelizar a novios, matrimonios y familias para que sean evangelizadores:

· ~La célula familiar, la familia cristiana, su crecimiento y consolidación, deben ser uno de los objetivos y frutos más preciados de esta catequesis. No sabría encarecer suficientemente la importancia de este punto en vuestro proyecto evangelizador. El Sacramento del Matrimonio tal como lo entiende y predica la Iglesia, es un alto ideal. Entorpecen o favorecen su realización diversos factores de tipo histórico, económico, cultural y psicológico. Aspectos todos ellos que deberán estudiarse cuidadosamente. No para aceptarlos sin más, con resignada pasividad o fatalismo, sino mas bien como reto para una toma de conciencia que lleve a decisiones y planes de acción lo más concretos posibles.

· ~Os exhorto por ello, a que acometáis con delicadeza y respeto, pero al mismo tiempo con profunda convicción, la evangelización de la célula familiar, la preparación al matrimonio cristiano y la recta formación a una paternidad responsable que esté de acuerdo con las normas del magisterio.

(J. PABLO II, a los obispos de Venezuela, en su V. Ad Limina:30/8/84)

Cuidar mucho la dimensión vocacional en la pastoral juvenil y familiar:

'Quisiera recomendaros, por fin, la pastoral familiar y juvenil, con particular atención al cuidado de las vocaciones a una consagración especial. Se puede decir hoy que la familia es hoy el problema realmente fundamental de la Pastoral. Las condiciones psicológicas, económicas y sociales de la familia exigen, en efecto, un cuidado específico y constante.

"La familia es el núcleo central de la Iglesia y de la Sociedad, y no puede ser una célula aislada, una mónada separada y autónoma. La familia sufre el influjo del ambiente externo y, al mismo tiempo, contribuye orientarlo y a cualificarlo.

"Por ello es preciso dedicar con gran amor el propio tiempo y la propias fatigas a la formación de los jóvenes al Matrimonio y al cuidado de la Familia. (Al Clero, Religiosos y Miembros de Vida Consagrada, en 1a Catedral de Aosta [Italia]: 7 Septiembre 1986).

Educar a los jóvenes sobre la dignidad y el valor del amor conyugal:

"La educación de los jóvenes, sea cual sea su origen social, debe ser orientada de modo que, forme hombres o mujeres, que no sólo sean persona cultas, sino de fuerte personalidad, tal como nuestro tiempo los reclama cada vez mas'[G &S,31].

"Se trata, pues, de llevar a cabo una auténtica labor de formaci6n que desarrolle armónicamente sus condiciones físicas, morales e intelectuales En concreto, “se ha de instruir de una manera oportuna y a tiempo a lo jóvenes y preferentemente en el seno de la misma familia sobre la dignidad, valor y cometido del amor conyugal, para que, formados en 1a guarda de la castidad, cuando lleguen a edad conveniente, puedan pasar de un honrado noviazgo al matrimonio “ [G&S,49].

"Esta formación, que ha de ser personal, corresponderá primariamente a los padres {Congr. para la Educación Católica, Orientaciones Educativa sobre el Amor Humano, 1 de Nov. 1983, nn.46 y 84}. (JUAN PABLO II, En el Aerop. de Tavuja (Bolivia): 13/5 1988)

EPILOGO

Ojalá que la lectura reposada de estos textos nos ayude a comprender lo antes posible que:

- La crisis juvenil-vocacional y la crisis matrimonial y familiar se están influyendo mutuamente.

- Existe un gran abismo entre lo que Dios nos dice a través del Magisterio de la Iglesia -acerca del matrimonio, de la familia y de las vocaciones- y la realidad de nuestra pastoral tanto en nuestras Parroquias, como en nuestras diócesis, movimientos y asociaciones.

- De hecho, hay una falta de perspectiva vocacional y de perspectiva familiar en casi todos y cada uno de los planteamientos y proyectos de pastoral nacional, regional, diocesana y parroquial.

- Nos urge descubrir que las familias genuinamente cristianas, son la palanca vocacional del presente y del futuro.

- Para mover esa 'palanca', el punto de apoyo es el Espíritu de Dios: que es espíritu de Verdad y de Vida, de Justicia y de Amor, de Santidad y de Gracia.

- Hay que ayudar a cada pareja de novios, a cada matrimonio y a cada familia para que retorne a Dios y ponga su "punto de apoyo" en Él, en su santa ley, y en el "evangelio de la Vida".

- Urge que se canonice a matrimonios y familias de nuestro tiempo, para que ellos sean la prueba clara e inequívoca de que el Sacramento del Orden y el Sacramento del Matrimonio están íntimamente relacionados y se complementan mutuamente el uno al otro en la edificación del Reino de Dios, que es la Iglesia Santa.

Entonces, el Espíritu de Dios no sólo "llamará" sino que "escogerá" a muchos matrimonios y familias, que serán verdaderas "iglesias domésticas" de donde saldrán millones de "vocaciones" para el Sacerdocio Ministerial, la vida religiosa, la virginidad, la contemplación, la vida activa, para el matrimonio y la vida de familia y para el mejor servicio de una Sociedad según el Corazón de Dios.

Y cantaremos largas letanías de matrimonios santos y de familias santas