volver al menú
 

 

Buenos Pastores


Tanto hablar del nuevo Papa, de su enorme responsabilidad, etc. nos hace conscientes de que en el mundo hacen falta personas responsables, pastores capaces de cuidar de un pueblo que busca, lucha, vive…

Y, la verdad, eso no se puede reducir a unos pocos, como si hubiese cuatro pastores y los demás fuésemos un rebaño, balando y paciendo plácidamente…

En realidad todos, donde quiera que estemos, estamos llamados a ser pastores unos de otros; a veces necesitaremos alguien que nos cuide y nos guíe, otras veces tendremos que ser nosotros luz y guía para otros. Pastores, a imagen del Buen Pastor, que dio la vida por los suyos.

 

1. Pastores para guiar...

“El buen pastor va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado a todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz”. Jn 10, 3-4

Marcando un camino, tras los pasos del primer pastor, Jesús. Para mostrar una forma de ser, de vivir, de sentir, de amar… Que sepamos ir caminando unos delante de otros, tras los pasos de aquellos que te encontraron. Que aprendamos a conocer, por su nombre y sus sueños, por sus heridas y sus alegrías, a aquellos que forman parte de nuestras vidas.
Y al tiempo que sepamos hablar de ti, con palabras, pero sobre todo con hechos. Que sepamos arriesgar, para llegar allá donde tu Reino sea más real, más completo, más pleno. Que sepamos caminar juntos…

  ¿Quién me guía a mí? ¿Y a quién guío yo? ¿A dónde? ¿Cómo?

2. Pastores para salir...

“Yo soy el buen pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen a mí”. (Jn 10,14)

A la búsqueda de aquellos que no tienen quien les cuide. A la búsqueda de quienes están solos, perdidos, incomprendidos…

A la búsqueda de quienes anhelan, y no saben qué. De quienes esperan una mano amiga, una palabra de acogida, una respuesta que no termina de llegar.
Que sepamos salir al camino, allá donde no llegan los cantos ni las voces, donde no hay calor ni hogar, sentido ni esperanza. Que sepamos salir.

  ¿Conoces de veras a otros? ¿Te preocupan sus historias, sus problemas, sus luchas, sus anhelos, sus miedos, sus alegrías? ¿Sabes “sus nombres”?

3. Pastores para dar la vida...

“Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da la vida por las ovejas”. (Jn 10,11)

Viviendo un poco por otros. Dando sin esperar una contrapartida. Sirviendo sin querer ser reconocidos. Proclamando el evangelio sin precio ni cautela. Aceptando el fracaso sin rendirnos por ello. Asumiendo el conflicto por ser coherentes. Buscando la verdad sin falsear la fe. Acoger sin poner barreras. Derramarse, como el agua que riega la tierra reseca.
Vivir con la mirada atenta a lo que otros pueden sentir, temer, llorar o amar… Ir dejando un poco de uno mismo en cada persona que pasa por tu vida. Y así cansar el corazón, dejar que las manos encallezcan, endurecer los pies en el camino, gastar la vista… será el camino.
  ¿En qué, en quién estoy “gastando” mi vida?

 

(Tomado de la página web de los jesuitas de Castilla-León)