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BEETHOVEN

Presentamos su única ópera, Fidelio, estrenada en 1805. La música es elegante, apasionada, sutil y sublime, la quintaesencia de lo más noblemente humano del ser humano. Florestán, que luchó contra la tiranía y en pos de los ideales ilustrados, con la conciencia tranquila por haber hecho lo recto y justo, se pudre en la cárcel. Sufre y añora a su amada esposa, Leonore, pero es un hombre que no ha perdido la fe, que, al igual que Job, reconoce a Dios precisamente en los infiernos.

Presentamos la versión de Simon O’Neill y la Orquesta West East Divan, dirigidos por Daniel Barenboim:

Florestan: Gott! Welch Dunkel hier! O grauenvolle Stille!
Öd’ ist es um mich her. Nichts lebet ausser mir.
O schwere Prüfung! -
Doch gerecht ist Gottes Wille!
Ich murre nicht! Das Mass der Leiden steht bei dir.

In des Lebens Frühlingstagen
Ist das Glück von mir geflohn!
Wahrheit wagt ich kühn zu sagen,
Und die Ketten sind mein Lohn.
Willig duld’ ich alle Schmerzen,
Ende schmählich meine Bahn;
Süsser Trost in meinem Herzen:
Meine Pflicht hab’ ich getan!
Und spür’ ich nicht linde, sanft säuselnde Luft?
Und ist nicht mein Grab mir erhellet?
Ich she’, wie ein Engel im rosigen Duft
Sich tröstend zur Seite mir stellet,
Ein Engel, Leonoren, der Gattin, so gleich,
Der führt mich zur Freiheit ins himmlische Reich.

Florestán: ¡Dios! ¡Qué oscuridad hay aquí!
¡Qué silencio aterrador!
La nada me rodea y nada,
nada vive a mi alrededor.
¡Dios, qué dura prueba!
¡Tu voluntad es justa!
¡No me lamento, oh
Dios que mides los pesares!
En los días de la primavera
de la vida,
la felicidad ha huido lejos de mí.
Me atreví a gritar la verdad
y mi recompensa fueron las cadenas.
Soportaré los sufrimientos,
mi vida se extingue con vergüenza.
Pero mi corazón alienta
un dulce consuelo,
he cumplido con mi deber.
¿No siento el murmurar,
la dulzura de una brisa?
¿No es la claridad
que ilumina mi tumba?
Veo aparecer un ángel
todo irisado de rosa,
situarse junto a mi, consolador,
tiene los rasgos de Leonora,
mi esposa.
¡Un ángel!
Viene para ayudarme y consolarme,
hasta conducirme a la libertad
del reino de los cielos.