El libro, aunque lleva un título genérico, habría que aplicarlo sobre todo a la juventud española (Informe Jóvenes 2000 y religión) y a lo sumo a la europea, aunque puede ser un buen indicador para la juventud de otras latitudes.
Este libro es el resultado de un Seminario en el que participaron estudiosos del tema, agentes de pastoral y jóvenes con el fin de profundizar en la reflexión, intentando diseñar algunas propuestas de acción. Se puede decir que la pastoral juvenil (PJ) tendrá que repensar su quehacer con los jóvenes y sugerir propuestas de futuro, sobre para que se vaya haciendo realidad el subtítulo del libro.
Son importantes las constataciones que se ofrecen:
1. Para los jóvenes, el evangelio sigue siendo fuente de sentido capaz de transformar la vida de los jóvenes y de la sociedad.
2. La acción evangelizadora está necesitando cambios: en las motivaciones, medios, prioridades, contenidos, lenguajes, símbolos, estrategias..
3. La sociedad actual rodea a la religión y sus manifestaciones de un silencio o una indiferencia que hacen difícil una socialización religiosa. Dios no es necesario ni inquietante.
4. Se van descubriendo nuevas formas de religiosidad que van desde la religiosidad difusa hasta los fundamentalismos y neoconservadurismos.
Después de presentar estas constataciones, pasamos a ver cómo está estructurado el libro. Como es lógico, los autores comienzan describiendo el contexto socio-cultural en el que viven los jóvenes: sentido de la posmodernidad, emergencia de nuevos valores, mundo globalizado. Se resume la visión de la sociedad diciendo que es una sociedad satisfecha, individualista y proxémica, secularizada, pragmática, permisiva y tolerante.
Una vez visto el contexto socio-cultural se pasa a describir la realidad de la Iglesia en este momento. Descripción que se bifurca en una visión de la Iglesia desde la sociedad y ante la sociedad. Todo ello puede resumirse así: ¿qué puede aprender la Iglesia del mundo actual? y ¿qué puede aportar la Iglesia al mundo actual?
Visto el contexto actual y la realidad de la Iglesia en ese contexto, el libro intenta adentrarse en las vivencias religiosas de los jóvenes: creencias y prácticas. Se puede decir de forma sumaria que el panorama es preocupante y al mismo tiempo esperanzador. Son muy interesantes y positivas las valoraciones que los jóvenes hacen de la Iglesia (al final de la página 113).
Después de hacer unas interpretaciones generales de la situación religiosa actual, se presentan algunas posibles reformas en la Iglesia para mantener su significatividad entre los jóvenes. Refprmas que se van explicitando en los diferentes campos: intelectual, ético, litúrgico, organizativo y misionero. Se hace una constatación: no va a ser fácil aceptar el nuevo paradigma: pluralista, igualitario, tolerante, profético y servicial (p. 153).
Todo lo visto hasta el momento desemboca en el intento de mostrar algunos cambios en la pastoral con los jóvenes. Estos cambios se centran en dos direcciones. Primera, el asumir la transformación que se ha dado en el contexto cultural y religioso. Segunda, indicar posibles pistas a partir de los cambios que se están dando en el planteamiento general de la evangelización en las comunidades cristianas concretas ( parroquias, colegios, movimientos... ), en el nuevo sujeto evangelizador y en la pedagogía pastoral.
El libro termina hacién dose una pregunta, como se la hizo Pedro: ¿Qué debemos hacer, hermanos, en esta época y en esta sociedad en la que, al menos en apariencia, se percibe entre los jóvenes un "soberano desinterés" por lo religioso?
Leer el libro sin duda te ayudará a responder, al menos en parte, a esta pregunta. Es de fácil lectura y comprensión.
