LIBRO VOCACIONAL RECOMENDADO
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Alejandro Fernández Barrajón

MECHA Y CANDIL. Una mirada a la vida religiosa

Paulinas, Madrid 2005, 176 páginas

El libro que presentamos este mes, como pueden ver arriba, está escrito por Alejandro Fernández Barrajón, Provincial de Castilla de los Mercedarios.

Como nota general, podemos decir que el autor usa un lenguaje actual, cargado de metáforas de fácil comprensión y sin duda con gran mordiente provocador.

Y desde el principio será bueno el indicar la preocupación del libro que creo que queda bien definida en el texto escrito en la contracubierta: “Necesitamos recuperar el encanto de la vida consagrada. Para ello tal vez tengamos que abandonar nuestras viejas rutas, nuestras despensas abarrotadas de seguridades, para afrontar el descampado de lo cotidiano”.

Y el autor no se olvida de expresar sus críticas a la vida religiosa aunque siempre serán críticas cariñosas y desde dentro. Reconoce que se da una vida religiosa instalada y desencantada. Que existen formas caducas que dan la impresión de que la vida consagrada se va instalando en un invierno de alguna manera estremecedor. Esto hay que decirlo y reconocerlo.

En sus doce capítulos, con sus epígrafes de títulos ciertamente sugestivos, va expresando algunas realidades de la vida consagrada dignas de reflexión, de discernimiento y de valoración:

  • La relación existente entre pasión y autoestima en la vida de las personas consagradas. Su incidencia mutua.
  • La valoración de la santidad existente en muchos de los consagrados/as que están a nuestro lado.
  • La valoración de la obra social que se está llevando a cabo, muchas veces en silencio y sin alharacas. Ciertamente que no se buscan los aplausos
  • La valoración de un amor que se percibe en los consagrados hacia aquellos a quienes nadie ama.
  • Valoración motivada de la mujer en la vida consagrada. “Necesitamos una imagen femenina de la Iglesia…No la tenemos y es una carencia importante. La Iglesia, que es también femenina, necesita tener un rostro femenino de cara a la sociedad” (p. 161). Y llega a decir y cito textualmente: “Estoy seguro, es cuestión de tiempo, de que la mujer será ordenada en la Iglesia católica. En su momento el Magisterio de la Iglesia irá dando los pasos oportunos, cuando el Espíritu nos lo haya hecho madurar suficientemente” (p. 160).

Podemos concluir esta breve descripción del libro con su visión de la vida religiosa, después de la experiencia de veinticinco años de su primera profesión religiosa: “Los últimos 25 años de mi vida han sido apasionantes. La vida religiosa ha sufrido un embate terrible de la modernidad. En esta batalla ha perdido fuerzas e ilusión. Hoy no se siente cómoda en la modernidad y necesita calentar motores para no quedarse en el pasado. Sin empuje, la vida religiosa puede fosilizarse como un dinosaurio más, y resultar poco interesante para el momento presente. Pero este depende, sobre todo, de nosotros los consagrados. Se trata, en definitiva, de ser nobles retablos o diseños de vanguardia. Yo no quiero ser protagonista de un parque jurásico” (p.16-17). Es un buen diagnóstico y un buen itinerario vocacional.

Desde esta página, recomendamos el leer el libro. Añado que es de fácil lectura y de gran fuerza provocadora hacia el significado y sentido de la vida consagrada. Esto siempre es muy bueno. Pedagógicamente, al autor se le nota que ha sido durante bastante tiempo formador de seminaristas mercedarios. Agradecemos estas publicaciones.

(Francisco Lansac)