LIBRO VOCACIONAL RECOMENDADO
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M. GAHUNGU-V. GAMBINO

Formare i presbiteri. Principi e linee de metodologia pedagogica

ed. Libreria Ateneo Salesiano, Roma 2003 (235 p.)

Nunca pueden considerarse suficientes los instrumentos que contribuyan a la delicada y siempre decisiva labor eclesial de la formación de futuros presbíteros en las diversas iglesias diocesanas. Pues bien, fruto de una dilatada trayectoria docente en el ámbito de la pedagogía para la formación de las vocaciones, así como de una experiencia directa en la tarea formativa, los profesores Méthode Gahundu y Vittorio Gambino, de la Pontificia Universidad Salesiana (Roma), presentan el volumen que han titulado Formar Presbíteros. Son varias las premisas de las que parten los autores para situar las coordenadas de su estudio: 1) Dirigen su esfuerzo al ámbito específico de la formación en el seminario diocesano de los futuros candidatos al ministerio pastoral-presbiteral; 2) El punto de partida son las afirmaciones de la Exhortación Apostólica Postsinodal Pastores Dabo Vobis (1992), reconocida como marco de referencia principal para la labor formativa ofrecido por el reciente magisterio; 3) El carácter pedagógico y metodológico de la propuesta.

El libro está construido con sencillez y, según los propios autores, trata de desarrollar y enriquecer un estudio precedente del profesor Gambino en esta misma línea (Dimensioni della formazione presbiterale. Prospettive dopo il sínodo del ´90 e la “Pastores Dabo Vobis”, ed. Elle Di Ci, Torino 1993). El volumen sigue el esquema de la mencionada exhortación recorriendo las diversas áreas de la formación de los candidatos al ministerio sacerdotal (humana, espiritual, comunitaria, intelectual, pastoral). Son ya muchas las publicaciones y propuestas organizadas del mismo modo. A mi modo de ver la característica más destacada de este volumen reside en su intención transversal a las distintas dimensiones formativas, es decir, el pretender ofrecer un marco de referencia concreto, equilibrado y realista para poder elaborar un proyecto educativo orgánico en el seminario mayor. En esta línea están los seis primeros capítulos donde los autores muestran el talante pedagógico que anuncian al inicio. Hablar de pedagogía supone en su caso: tener en cuenta las coordenadas histórico-eclesiales actuales en que se desarrolla la formación sacerdotal (cap. 1); saber qué es un proyecto formativo en todas sus implicaciones (cap. 2); ofrecer un cuadro situacional de referencia tanto de los desafíos sociales y personales del candidato, como de los criterios formativos eclesiales (cap. 3); ser conscientes de que el fin que se persigue es la formación de un “verdadero pastor”, de modo que es el talante y calidad espiritual del hombre formado como hombre a imagen de Cristo Pastor lo que se constituye en centro operativo de toda la labor formativa (cap. 4); saber que el estilo de la acción educativa (en su vertiente comunitaria y relacional) sobre el que va a ser pastor no carece de importancia en el desarrollo de su ser y hacer futuros (cap. 5); captar las responsabilidades que adquieren aquellos que están al frente de la comunidad del seminario en sus roles concretos, a los que se unen la acción del obispo, comunidades de proveniencia de los formandos..., etc (cap. 6).

Al afrontar cada una de las áreas de la formación los autores han desgranado las líneas básicas de PDV en objetivos generales y específicos, así como en medios adecuados en cada caso.

Un capítulo final dedicado a la formación permanente de los sacerdotes merece una última palabra. Es una de las áreas formativas que más atención ha recibido quizás en los estudios recientes. En el volumen que presentamos apenas se insinúan sus líneas básicas al hilo de las afirmaciones del magisterio. Hubiera sido deseable una presentación más amplia dada la importancia que este tema posee a partir de las condiciones en que ha de desarrollar hoy el sacerdote su tarea. Trabajo excesivo, cansancio espiritual y desprestigio por parte de la cultura ambiente configuran un cuadro vital que demanda apoyos firmes y diversos para no desfallecer.

En definitiva, un instrumento útil en línea de principios para acompañar a aquellos que tienen la responsabilidad de la formación de los sacerdotes de comienzos del tercer milenio. Estudios como el presente dan cuenta de la viveza de la conciencia eclesial hacia este ámbito, si bien después, en el terreno de la práctica, siempre hay que contar con el buen hacer de todo formador. De nada sirven líneas teóricas de fondo, si después permanecen sobre el papel, y la tarea formativa se reduce a mera repetición de tiempos pasados, en la ausencia de atención al rabioso presente eclesial. En el fondo, éste y otros estudios en su línea, plantean un seminario que no es burbuja de un mundo irreal, sino verdadero anticipo vital de los desafíos que la iglesia universal y la particular tienen ante sí. De otro modo seguiremos careciendo de presbíteros para una “nueva evangelización” de nuestro mundo (nunca de mundos pasados que ya no existen).

Juan Manuel Cabiedas Tejero