HUGO DE GRENOBLE (1053-1132). El papa Inocencio II, lo canonizó solemnemente, a los dos años de su muerte, en pleno concilio de Pisa. Lo conocía bien y lo veneraba en vida. Tanto que, al fallecer en 1132, ordenó el papa al prior de la Gran Cartuja que recogiera todos los datos concernientes a sus virtudes y sus milagros. (Evidentemente el mayor de todos fue que los eclesiásticos de su diócesis por fin entraran por el aro). Hijo de un oficial del ejército, pronto fue canónigo de Valence. Sus intervenciones en el sínodo de Aviñón fueron tan sobresalientes que el legado pontificio lo nombró obispo de Grenoble, pese a sus reparos. Tan insistentes por parte de Hugo que tuvo que llevárselo a Roma de la mano, para que el papa en persona lo consagrara. Vuelto a Grenoble, durante dos años trabajó sin parar para entonar los enormes desentonos de los eclesiásticos. Desesperado de los hombres, no de Dios, se retiró a la abadía de Chaise-Dieu y recibió el hábito benedictino. Quince meses felices, dedicados a la contemplación y a la alabanza divina. Hasta que por santa obediencia el papa le hizo volver a Grenoble. Providencialmente. Porque allí llegó san Bruno, su antiguo maestro, que buscaba un terreno donde establecerse. Hugo hizo construir la iglesia y las celdas de lo que fue la Gran Cartuja. (Le pintan con hábito de cartujo, aunque nunca lo fuera, y siete estrellas, los siete primeros cartujos). Providencialmente. Porque su empeño, su oración, su bondad, su mansedumbre, su ejemplo, (había vendido sus caballos para socorrer a los pobres y hacía a pie las visitas pastorales de su vasta diócesis) lograron el mayor milagro. Manso sí, pero enérgico contra el cisma que amargaba la vida del papa Inocencio II. El cual al final le liberó de la carga pastoral. Así pudo dedicar los últimos meses aquí abajo al gran anhelo de su vida, la contemplación (1 abril)

HUGO DE BONNEVAUX (+ 1194). ¿Otro Hugo el mismo día 1 de abril? ¿No será un desdoblamiento del obispo de Grenoble? En cierta manera sí, porque eran tío y sobrino. A Hugo de Bonnevaux, sobrino de un tío santo canonizado, no le quedó más remedio que portarse bien. Como tantos jóvenes de su tiempo, influido por Bernardo de Claraval, que al morir a los 63 años había fundado 68 monasterios llenándolos de buscadores del Infinito, se hizo cisterciense en Mezières. Abad en Léoncel primero y en Bonnevaux después. Aunque no tuvo que luchar como su tío con los clérigos, también hizo un gran milagro: que el papa Alejandro III y el emperador Federico I Barbarroja hicieran las paces. Hugo de Bonnevaux ocupa un lugar destacado en la letanía de los santos pacificadores. Una letanía cuyo rezo cada día es más urgente. Como urgente es recordar, de la mano de Fray Luis de León, que «La paz es no otra cosa sino una orden sosegada o un sosiego ordenado. Dos cosas diferentes son las de que se hace la paz, conviene a saber: sosiego y orden. Y hácese dellas así, que no será paz si alguna dellas, cualquiera que sea, le faltare. Porque, lo primero, la paz pide orden, o, por mejor decir, no es ella otra cosa sino que cada una cosa guarde y conserve su orden: que lo alto esté en su lugar, y lo bajo por la misma manera; que obedezca lo que ha de servir, y lo que es de suyo señor que sea servido y obedescido; que haga cada uno su oficio y que responda a los otros con el respeto que a cada uno se debe. Pide, lo segundo, sosiego la paz. Porque, aunque muchas personas en la república, o muchas partes en el alma y en el cuerpo del hombre, conserven entre sí su debido orden y se mantengan cada una en su puesto, pero si las mismas están como bullendo para desconcertarse y como forcejeando entre sí para salir de su orden, aun antes que consigan su intento y su desorden, aquel mismo bullicio suyo y aquel movimiento destierra la paz dellas; y el moverse o el caminar a la desorden, o siquiera el no tener en la orden estable firmeza, es, sin duda, una especie de guerra» (1 abril)

I santi non sono «caduti dal cielo».
Sono uomini come noi, con problemi anche complicati.
La santità non consiste nel non aver mai sbagliato, peccato.
La santità cresce nella capacità di conversione,
di pentimento, di disponibilità a ricominciare,
e soprattutto nella capacità di riconciliazione e di perdono.

FRANCISCO DE PAULA (1416-1507). Nació en Paola, Calabria. A los 14 años vistió el hábito franciscano retirándose como eremita a la orilla del mar cerca de su ciudad. Le siguieron infinidad de jóvenes. Se consideraba poca cosa. Cuentan que cuando se le acercaba uno pidiéndole que le aceptara le decía: «Mira, creo que harías mejor llamando a la puerta de otros religiosos. Nosotros somos tan poca cosa, tan pequeños, tan mínimos, que probablemente no te sentirás a gusto». Pero sus casas eran un horno de amor. Y el candidato era lo que buscaba. Pasados los años el papa Sixto IV aprobó la orden de los Frailes Mínimos. Y el mismo papa fue el que envió al-poca-cosa-de-Francisco a Pléssis-les-Tours (1482) a asistir a bien morir al rey Luis XI de Francia. Su sucesor le pidió que no le abandonara. Y allí se quedó hasta la muerte (1507) aquel mínimo gran hombre de Dios (2 abril)

TEODORA (+ 307). Saludar: Dirigir a otro, al encontrarlo o despedirse de él, palabras corteses, interesándose por su salud o deseándosela, diciendo adiós, hola, etc. Pues a la joven Teodora, 17 años tenía, por saludar a unos confesores de la fe a los que estaban juzgando, y decirles que, cuando llegaran al cielo, la recomendaran al Señor, los soldados la apresaron, la atormentaron y la echaron al mar. Lo cuenta el historiador Eusebio en su obra «Mártires de Palestina». Propósito: voy a saludar, aunque no me devuelvan el saludo. Que es bueno recordar que a Dios vamos (2 abril)

FRANCISCO COLL i GUITART (1812–1875). Las palabras: «Qué hermosos los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la buena nueva, que pregona la salvación» son el mejor retrato del dominico de Gombrén. Porque durante cuarenta años es lo que hizo por toda Catalunya. Ingresó en el Seminario de Vic a los 10 años. En 1830 es admitido en el convento dominicano de la Anunciata de Gerona. Desde 1835 la exclaustración de los religiosos, medida «democrática» política, le obliga a vivir fuera del convento, y le lanza como predicador itinerante. «Misionero apostólico» fue el título que el Papa le dio en vida. En 1856 puso el fundamento de la congregación de Hermanas Dominicas de la Anunciata. Los seis últimos años de su vida los dedicó a espiar al Invisible con sólo los ojos del alma (2 abril)

SIXTO I (+ 258). Cuando bajo a la Plaza de San Pedro a rezar el rosario por la tarde, me da ternura, después de la letanía, mirando a la Basílica pasar lista: Pedro, Lino, Cleto, Clemente, Evaristo, Alejandro, Sixto… y terminar con los más míos: Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, mirando a la ventana por donde se asoma Benedicto XVI diciendo: Cari fratelli e sorelle. ¿Romantico? Pues si la palabra significa: sentimental (que expresa sentimientos tiernos), generoso, soñador, sí. Me gusta soñar. El nombre de cada uno lo subrayo a mi manera. Desde que me enteré que el sexto sucesor de san Pedro, que era un hombre de detalles, ordenó que al final del prefacio los fieles dijesen junto con el sacerdote: «Santo, Santo, Santo es el Señor», más. Por la letra «S», la mía (3 abril)

NICETAS (+ 842). «Decidimos restablecer, junto a la Cruz preciosa y vivífica de Cristo, las santas y venerables imágenes: o sea, las imágenes de Nuestro Señor Jesucristo, Dios y Salvador, la de Nuestra Señora Inmaculada, la santa Madre de Dios, la de los honorables ángeles y de todos los píos y santos personajes, puesto que más se pensará en ellos a través de las imágenes que los representan y más, aquellos que los contemplan, se sentirán excitados al recuerdo y al deseo de imitarlos. Decidimos rendirles homenaje, no ese culto de latría que proviene y que compete sólo a Dios, sino de honor, ese honor y veneración que se presta a la Cruz preciosa, a los santos Evangelios y a los objetos sagrados. Decidimos también encenderles incienso en su honor y encenderles velas, como era costumbre entre los antiguos cristianos. Puesto que el honor rendido a la imagen se traspasa al prototipo que representa y el que venera la imagen venera la persona que la imagen representa» declaró el II Concilio de Nicea (787). Por defender esta doctrina, contra el emperador León el Armenio, a Nicetas, hegumeno del monasterio de Medikion, en el Monte Olimpo, en Bitinia, le exiliaron a la isla de Gliceria seis años. Muerto el iconoclasta, pudo regresar a casa. Pero para que no le veneraran como mártir, se las arregló para desaparecer, viviendo como eremita los cuatro últimos años de su vida (3 abril)

PLATÓN (+ 814). Da gusto decir San Platón. El otro, tan listo, no llegó a tanto. Fue hegumeno, primero del Symboleon en el Monte Olimpo, en Bitinia, y después del Sakkudion junto a Constantinopla. [hegumeno, del griego hegeomai («estoy al frente») es el término con que se designaba al superior de una comunidad de monjes o de un grupo de anacoretas]. Coetáneo de San Nicetas, el hegumeno Platón defendía también los iconos, no solo los pintados. Y sin limitarse al campo de las ideas, se atrevió a decir al emperador que si se divorciaba y se recasaba, haría mal. Destierro doble. Pero nunca perdió el humor. Con sorna comentaba: «Amicus Plato, sed magis veritas» (4 abril)

FRANCISCO MARTO (1908-1919). Eran las 10 de la noche del 4 de abril de 1919. Acababa de despedirse de Lucía, tras haber rezado el rosario con Jacinta. Sus últimas palabras, con una sonrisa, fueron: «Mira, mamá, junto a la puerta qué luz tan hermosa». Testigo sin palabras del mensaje de Fátima, desde el 13 de junio de 1917 llevaba meses esperando a la Blanca Señora. Cuentan que convencido de que pronto iría al cielo, prefería rezar el rosario a estudiar en la escuela. El papa Juan Pablo II lo beatificó, junto con Jacinta, el 13 de mayo de 2000 (4 abril)

VICENTE FERRER (1350-1419). Valenciano, aunque su padre era inglés, dominico, infatigable predicador por España, Francia, Italia y Suiza.Su predicación -tenía el don de lenguas- popular, sencilla y vigorosa, convenció a multitudes. Aunque no a su aconsejado papa de Aviñón. Su inmenso prestigio le convirtió en buscado mediador en conflictos eclesiales y políticos (5 abril)

IRENE (+ 304). 92 veces aparece el nombre de «irene» en el Nuevo Testamento. «La paz, según dice san Agustín, es no otra cosa sino una orden sosegada o un sosiego ordenado». «Sosiego ordenado» fue martirizada por guardar y ocultar los Libros sagrados durante la persecución de Diocleciano (que sabía lo que se hacía cuando, tratando de borrar el cristianismo de la faz de la tierra, quemaba la Palabra de Dios). Ágape y Quionia, sus hermanas, murieron dos días antes, por cómplices en el ocultamiento de la Luz (5 abril)

GUILLERMO DE SICLI (1309-1404). El 4 del 4 de 1404 los de Sicli encontraron muerto al jardinero de la Madonna della Pietà, a sus pies. Tenía 95 años. Nacido en Noto, de familia ilustre, cuando Guillermo tenía 16 años, Federico II de Aragón, rey de Sicilia, lo escogió como su paje. Buen paje, como que le salvó la vida, cuando en una cacería un jabalí atacó al rey. Ileso Federico II, con el fémur roto Guillermo. Durante la larga convalecencia tuvo tiempo de pensar, y pensó que mejor que servir al rey sería servir a Nuestra Señora. Y a Sicli fue, donde vivió como ermitaño, como jardinero del templo de la Madonna. Por él los habitantes de la región descubrieron que tenían una Madre, a la que diariamente ofrecían rosas. Como nosotros cuando rezamos el rosario (6 abril)

Los santos no «han caído del cielo».
Son hombres como nosotros, con problemas complicados.
La santidad no consiste en no equivocarse o pecar nunca.
La santidad crece con la capacidad de conversión,
de arrepentimiento, de disponibilidad para volver a comenzar,
y sobre todo con la capacidad de reconciliación y de perdón.

NOTKERO EL BALBUCIENTE (940-912). De familia noble, nació en Heligau, en el cantón suizo de Zurcí. Apodado «el balbuciente» (balbulus) por su habla dificultosa, tarda y vacilante desde la infancia. Terminados los estudios entró en el monasterio benedictino de Sankt Gallen, donde destacó por su amplísima cultura, humildad y modestia. Nombrado director de la escuela del monasterio, pronto se dio a conocer por sus composiciones musicales y poéticas. Célebre su himno para la fiesta de Pentecostés, inspirado en el ritmo de las aspas de un molino. Tanto que la iconografía lo representa sentado a la puerta de su celda contemplando una máquina para moler, compuesta de una muela, una solera y los mecanismos necesarios para transmitir y regularizar el movimiento producido por una fuerza motriz como el Viento (6 abril)

JUAN BAUTISTA DE LA SALLE (1651-1719). Los de La Salle eran una familia de juristas. Canónigo en Reims, descubrió que «Hijo no es tanto aquel que engendramos cuanto aquel que criamos y colocamos en el lugar que en el mundo le corresponde». Tuvo muchos hijos porque crió con dolor a muchos pobres y los colocó en el lugar que les correspondía. Dicen que al morir, con 68 años, sus ojos eran los de un niño (7 abril)

MARÍA ASUNTA PALOTTA (1878-1905). Eufrasia Casali y Luigi Palotta tuvieron cinco hijos. La mayor, María Asunta sólo pudo ir a la escuela dos años. Trabajó la Piccola Assunta primero en una cantera como peón de albañil (¡!), luego cosió para un sastre. Cantaba siempre. En 1898, tenía 20 años, cuando sus hermanos ya se defendían, pudo ingresar en la Franciscanas Misioneras de María. Florencia, Roma, Grotta Ferrata ni se enteraron de su paso. Al ser asesinadas el año 1900 en China siete franciscanas misioneras, se ofrece para ir a Dongerkou. Enfermera y cocinera de la misión «full time». Cuando le preguntaban cómo se las arreglaba para darse a entender, enseñaba sus manos. Si insistían, sonreía y cantaba. «¿Por qué canta el pájaro?». Pocos meses después de su llegada, el tifus le abrió las puertas del cielo. El perfume de sus virtudes -¡había cantado tan afinadamente!- llegó a oídos de San Pío X, que exclamó: «Bisogna far causa e presto!». La Piccola Assunta, pequeña Orfeo, fue la primera misionera no mártir en alcanzar el honor de los altares (7 abril)

AGABO (s. I). Vivía en Jerusalén. Profeta que veía el futuro. Dos veces aparece en los Hechos de los Apóstoles: una, cuando bajó a Antioquía, y movido por el Espíritu se puso a anunciar que una gran carestía iba a venir sobre la tierra: fue la que se produjo en tiempos de Claudio. Entonces los discípulos, cada uno según sus posibilidades, determinaron enviar socorro a los hermanos de Judea; la otra, cuando bajó a Cesarea y tomando el ceñidor de Pablo, se ató los pies y las manos diciendo: «Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán en Jerusalén los judíos al hombre a quien pertenece este ceñidor, y lo entregarán en manos de los paganos». Al oír esto suplicamos a Pablo que no subiera a Jerusalén. Pero Pablo respondió: «¿Por qué tratáis de desanimarme con vuestro llanto. Yo estoy dispuesto, no solo a ser encadenado, sino a morir en Jerusalén por el nombre de Jesús, el Señor». Delicado oficio el de Agabo: dejarse mover por el Espíritu; hablar en su nombre (8 abril)

JULIA BILLIART (1751-1816). Nació en Cuvilly, la antigua Picardía, al norte de Francia. A los 14 años enseñaba a leer y servía a los humildes. Enfermó, pero no perdió la ilusión. En plena Revolución francesa, convencida de que «nada es posible sin los hombres, pero nada perdura sin las instituciones», fundó un instituto religioso, que bajo la protección de Nuestra Señora se dedica a la instrucción cristiana. La educación cristiana, ¡qué gran oficio, de ayer y de siempre! (8 abril)

VALDETRUDIS (+ 688). No son pocas las familias elevadas al honor de los altares. Más, antes. Si menos actualmente, no es porque haya menos santos ahora [Eche el lector una mirada a su alrededor. Seguro me da la razón] sino porque el proceso moderno de canonización es más complicado. Cómo disfruto, buceando en el martirologio, cuando doy con esas constelaciones de santidad. Lamentando sólo que la memoria de cada miembro de la familia se celebre en fecha distinta, por la costumbre de hacerlo en el día del nacimiento a la gloria (de la muerte). Urge la concentración hagio-parcelaria. Santa Valdetrudis, hija de San Gualberto y Santa Bertilia, casó con San Madelgario, y tuvieron cuatro hijos: San Landerico (obispo de París), San Dentelino (muerte joven), Santa Madelberta y Santa Aldetrudis (abadesas ambas, sucesivamente, del monasterio de Mauberge). Cuando los hijos se fueron colocando, Madelgario fundó un monasterio cerca de Haumont. Y Valdetrudis, aunque su hermana Santa Aldegonda le insistía que fuese a Mauberge, del que fue primera abadesa, prefirió fundar un convento en Chateaulieu, la actual ciudad de Mons, de la que es ahora patrona. ¡Qué tiempos aquellos! ¡Y qué tiempos los nuestros! (9 abril)

CASILDA (+ 1075). Hija de un rey moro de Toledo, escogió dedicarse a ayudar a los pobres (y pobres eran entonces allí los cristianos). Los pobres cristianos le contagiaron «una enfermedad incurable llamada Jesús». Huyendo de la ira de su padre, se fue a vivir a una ermita, cerca de Burgos (9 abril)

MIGUEL DE LOS SANTOS (1591-1625). Peregrinó del Este al Oeste. En su tarjeta de visita puso: «Ignorante, incapaz y pecador». Natural de Vic, a los 12 años entró en los trinitarios en Barcelona. Inquieto pasó a Oteiza. De allí descalzo a Alcalá, Baeza y Salamanca. ¡Donde hizo cada número!: mientras el profesor explicaba el tratado de la Encarnación y hablaba del amor que debemos al Salvador en vez de tomar apuntes al pie de la letra se lo tomó tan en serio que se elevó físicamente con gran susto de los condiscípulos y del mismo maestro; y en la iglesia cuando rezaba alguien tenía que agarrarle, porque el techo era bajo. Superior en el convento de Valladolid siempre tocó de pies en el suelo llevando a la práctica lo de Aristóteles: «La verdadera igualdad consiste en tratar desigualmente lo que es desigual». Ni el éxito ni el fracaso, ni el frío de la meseta, pudieron quebrar la sonrisa de sus labios (10 abril)

ANTONIO NEYROT (+ 1460). «El hábito no hace al monje» se decía cuando religiosos y sacerdotes llevaban un traje o vestido «especial», queriendo subrayar que lo exterior puede no coincidir con lo interior. También se decía «Colgar los hábitos» o «Ahorcar los hábitos» como sinónimo de «Dejar el ministerio o los estudios eclesiásticos para tomar otro destino o profesión». Pues a Antonio Neyrot, un italiano nacido en Rivoli, que se hizo dominico, los piratas moros (eso de la piratería no es de hoy) tras secuestrarlo, se lo llevaron a Túnez, y allí tanto le presionaron física y sobre todo psicológicamente que se hizo musulmán. Y allí campaba a sus anchas con su chilaba. Pero resulta que al cabo de un tiempo la nueva especialidad le desinhibió sus raíces cristianas, y para que constase su «metanoia» (su cambio de alma), descolgó el hábito blanco y negro de los hijos de santo Domingo de Guzmán y «el hábito lo hizo... mártir», porque confesó públicamente su fe en el árabe que había aprendido, y sin tiempo a ahorcarle lo mataron a pedradas. Así llegó al cielo con el hábito interiorizado, lavado con el color rojo de su sangre (10 abril)

ESTANISLAO (1030-1079). Obispo de Cracovia (como Karol Wojtyla). Hombre de oración, trabajó por la evangelización del pueblo polaco. Y por la reforma de la Iglesia. El rey Boleslao («amicus Plato, sed magis veritas» le recordó Estanislao) pasó de ser su amigo a «sugerir» que le alejaran. La sugerencia real fue cumplida: asesinándolo en la catedral de Cracovia mientras celebraba misa (11 abril)

Les saints ne sont pas «tombés du ciel».
Ce sont des hommes comme nous, également avec des problèmes.
La sainteté ne consiste pas à n’avoir jamais péché.
La sainteté croît dans la capacité de conversion,
de repentir, de disponibilité à recommencer,
et surtout dans la capacité de reconciliation et de perdon.

BARSANUFIO (+ 540). A nosotros el nombre nos asusta un poco, pero a sus contemporáneos les sonaba casi a palabra de Dios. Egipcio, abrazó la vida cenobítica en el monasterio de Seridos. Cuando el higumeno le vio maduro le dejó que viviera como anacoreta. La fama de su conocimiento de las almas, de su equilibrio y de la seguridad de su juicio era tal que recurrían a él de todas partes. No obstante, sólo se comunicaba con sus interlocutores por escrito. Discípulo suyo fue el célebre Doroteo de Gaza, que conservaba sus autógrafos como preciadas reliquias. Un botón de muestra: «Da gracias a Dios por todo, a tenor de lo que dice el Apóstol: “Dad gracias por todo” (1 Tes 5, 18). Si te asalta la tentación, o sufres persecución, o tienes que soportar penas físicas o enfermedades, da gracias a Dios por todo lo que te acontece porque “Tenemos que pasar muchas tribulaciones para poder entrar en el reino de Dios” (Hch 14, 22). No dejes que la duda te asalte, ni seas medroso. Recuerda las palabras del Apóstol: “Aunque nuestra condición física se vaya deteriorando, nuestro ser interior se renueva de día en día” (2 Cor 4, 16). Si no soportas los sufrimientos, no podrás subir a la cruz y recoger los frutos de salvación». ¿Quién podrá dudar de que se sabía la Sagrada Escritura «par coeur»? (11 abril)

JULIO I PAPA (+ 352). Defendió a San Atanasio. [No todos los que mandan defienden siempre a sus colaboradores. Hacerlo está bien. Es de justicia. No tener en cuenta las acusaciones anónimas. Y en las firmadas, si son falsas, llamar inmediatamente al falsario y amonestarle]. Los arrianos Eusebio de Nicomedia, Ursacio y Valente, con el apoyo del Contancio II, consiguieron deponer al obispo Atanasio de Alejandría, adalid de lo definido en Nicea: la divinidad, la eternidad y la consustancialidad del Verbo con el Padre. La historia de los intentos de diálogo es de película, triste historia. Hasta que el Papa Julio escribió a los acusadores: «¿No sabíais que la norma canónica era recurrir ante todo a nuestra autoridad, de la que tenía que proceder la decisión? Tal es la tradición que hemos recibido del bienaventurado apóstol Pedro, que no haría falta recordar por ser universalmente reconocida, de no verme obligado por esas deplorables circunstancias». Durante los 15 años de su pontificado, hizo más cosas buenas, evidentemente. Por ejemplo: aconsejar vivamente a los obispos que frecuentaran lo menos posible los ambientes de la corte imperial (12 abril)

PIERINA MOROSINI (1931-1957). «...il ragazzo si avvicinò a Pierina, con l'intenzione di indurla al peccato e piegarla ai propri voleri... di fronte alla insuperabile opposizione della ragazza, egli perdette il controllo di sé. Tentò di baciarla; questa cercò di dargli uno schiaffo e lui la gettò in un cespuglio; la giovane raccolse un sasso per difendersi, ma lui riuscì ad impossessarsene, colpì con violenza e ripetutamente la nuca della vittima. Il sasso venne poi requisito dai Carabinieri; era appuntito e pesava 1.593 grammi. La ragazza tentò di uscire dal cespuglio e percorse qualche metro barcollando; per il giovane fu facile gettarla terra e colpirla ancora. Ridottala così all’impotenza, ne abusò. Fu portata all’ospedale già in coma profondo e irreversibile». 26 años. «Tenemos una nueva María Goretti» dijeron los médicos del hospital de Bergamo. Humildísima familia la de Roque Morosini y Sara Noris. Ocho hijos. Pierina, la mayor. A los 15 años entró a trabajar en «Confecciones Honeger» de Albino. Miembro de la Acción Católica italiana, celadora del Seminario y de las Misiones. Fue en peregrinación a Roma para la beatificación de María Goretti por Pío XII (27.04.1947). Cuarenta años después (4.10.1987) Pierina era beatificada por Juan Pablo II. Cuando se habla (mal) de la juventud de hoy, no está bien generalizar (12 abril)

MARTÍN (+ 656). Los monotelitas, que se empeñaban en decir que en Jesucristo hay una voluntad y no dos: la humana y la divina, consiguieron que el papa Martín que había condenado la herejía, contra la voluntad del emperador, ¡qué cosas!, fuera desterrado a Crimea. Destierro doloroso para un buen pastor: murió antes de un año (13 abril)

HERMENEGILDO (+ 586). En la larga lista de los reyes visigodos: ... Atanagildo, Liuva, Leovigildo, Recaredo... falta el nombre de Hermenegildo, entre el tercero y el cuarto. Falta porque por orden de su padre fue asesinado por el conde Siberto en Tarragona. Visto desde fuera, por haberse sublevado contra el rey. En realidad, por negarse a comulgar de manos de un obispo arriano el día de Pascua del año 585. Todo había empezado mucho antes. Leovigildo, arriano, buscaba la unidad de su reino. La religión era uno de los factores decisivos. Casó a su primogénito con Ingunda, hija del rey Sigeberto de Reims, católica. La convivencia en la corte, sobre todo con la reina Gonsuinta, esposa del rey, furibunda arriana, fue haciéndose inaguantable, dado el empeño de Gonsuinta por convertir al arrianismo a Ingunda. Para salir del infierno los jóvenes esposos fueron enviados a Sevilla. En Sevilla, influenciado por su esposa de la que estaba enamoradísimo, con la ayuda del metropolita san Leandro, recibió el bautismo en la Iglesia católica. Los católicos le consideran su rey frente al rey arriano. Con ellos se subleva. (En aquellos tiempos la fe era algo más que rezar el Credo con los labios en la misa del domingo). Tras múltiples batallas ganadas y perdidas, ciudades asediadas y recuperadas, el padre se impuso. Encarcela al hijo, huye Leovigildo. Envía a su esposa al extranjero con su tierno hijo Atanagildo. Capturado de nuevo y engañado, el padre le ofrece el perdón si vuelve al arrianismo. Condición: recibir la comunión. Comulgar de manos de un obispo arriano significaba adherirse al arrianismo. San Gregorio Magno y san Gregorio de Tours cuentan que en seguida todos los fieles le tuvieron por mártir. Poco después, Leovigildo se arrepintió de haber mandado matar al hijo, y aconsejó al rey Recaredo que se hiciera católico. Desde la Patria, Ingunda, fallecida en tierra africana, camino del destierro, sonreía cogida la mano de Hermenegildo, aquella mañana del año 589, cuando su cuñado Recaredo en pleno concilio de Toledo profesó su fe en Jesús Hijo de Dios, consustancial al Padre en unión del Espíritu Santo (13 abril)

Os santos não «caíram do céu».
São homens como nós, com problemas também complicados.
A santidade não consiste em nunca ter errado ou pecado.
A santidade cresce na capacidade de conversão,
de arrependimento, de disponibilidade para recomeçar,
e sobretudo na capacidade de reconciliacão e de perdão.

BENITO DE HERMILLON (1105-1184). Decimos que las Obras de misericordia son siete: Dar de comer al hambriento. Dar de beber al sediento. Vestir al desnudo Visitar a los enfermos. Redimir al cautivo. Dar posada al peregrino. Sepultar a los muertos. Siete. Pues para los de Hermillon, pequeño pueblo junto al Ródano, son ocho, y la primera es: Construir puentes. Lo dicen desde el siglo XII. Desde que su paisano Benezet, humilde pastorcillo, logró hacer realidad un sueño: la construcción de un puente para el pueblo. | Santo bendito, cada vez más actual. ¡Se necesitan tantos puentes en este valle de lágrimas! (14 abril)

PEDRO GONZÁLEZ (1190-1246). Los marineros prefieren llamarle San Telmo. Nació en Astorga, fue canónigo de Palencia, para hacerse luego dominico. Confesor del rey san Fernando, lo acompañó en la conquista de Córdoba y Sevilla, consiguiendo un trato más humano para los prisioneros. Los paisanos de Galicia no se cansaban de oírle predicar, porque a través de sus palabras descubrían mejor el rostro de Dios (14 abril)

CÉSAR DE BUS (1544-1607). Nace en Cavaillon, en la Provenza, de una familia de emigrantes italianos. Trece hijos, él el séptimo. Su madre les enseñó a rezar. Pero… la corte provenzal de Carlos III no es ningún monasterio. Militar, poeta celebrado, «nel mezzo del cammin di nostra vita», se convierte [le ayudaron tres personas: Louis Guyot, humilde sacristán de la catedral de Cavaillon; Antoinette Réveillade, empeñada en que César descubriera la voluntad de Dios -«analfabeta pedía a César que le leyera vidas de santos, y así él tenía ocasión de reflexionar y rezar»- y el jesuita Pierre Péquet]. Sacerdote a los 35, el obispo le encarga que enseñe la doctrina. Cumplió el encargo: «Enseñó a ver». Ciego a los 45 años, funda dos congregaciones religiosas, los «doctrinarios» y las «doctrinarias». Pablo VI rezó esta oración el 27 de abril de 1975: «Bienaventurado César de Bus, que nos has dejado el admirable ejemplo de una vida totalmente entregada a Dios, tú que ardías en el deseo de comunicar la vida de Dios a tus hermanos, intercede por nosotros ante el Señor, para que el mismo fuego nos consuma y la misma caridad nos empuje». Lector, contesta: «Amén» (15 abril)

DAMIÁN DE VEUSTER (1840-1889). Que el archipiélago de Hawai fuera llamado Sandwich cuando lo descubrió el capitán Cook en 1778 en honor del conde de Sandwich, que para no tener que levantarse se hacía servir a la mesa de juego el emparedado, que desde entonces lleva su nombre, hecho con dos rebanadas de pan de molde entre las que se coloca jamón, queso, embutido, vegetales u otros alimentos; que el archipiélago se convirtiera en 1959 en el 50º estado de los Estados Unidos; que comprenda ocho islas: Nühau, Kauai, Oahu (donde está Honolulu la capital), Molokai, Lanai, Kahoolawe, Maui y Hawai... a muchos nos ha tenido siempre sin cuidado, ¡queda todo tan lejos!. Pero que a la cuarta isla, Molokai, llegara por tres meses, aunque se quedó dieciséis años, los cuatro últimos leproso ya, el padre Damián, esto sí nos acercaba la isla a nuestro corazón. ¡Y pensar que todo fue por “culpa” del tifus que cogió su hermano Pánfilo y al que Damián sustituyó aprisa y corriendo para que la expedición que salía desde Bélgica hacia los Mares del Sur no se retrasara! Decimos: los caminos de Dios. Solo con los leprosos en aquella isla donde al llegar él no había más ley que la ley del más fuerte. Faro de esperanza en las tinieblas de la noche de los abandonados, cuyos destellos han llegado a nosotros desde la Polinesia (15 abril)

BERNARDITA SOUBIROUS (1844-1879). «Ave, Ave, Ave María...». (En 1854 el papa Pío IX había definido el dogma de la Inmaculada Concepción de María). Hacía frío y en la casa Soubirous no había leña. Bernardita, su hermana Antonieta y una compañera fueron enviadas a buscar ramas secas. Atravesaron el río Gave, en la roca de Massabielle, que formaba una pequeña gruta, había mucha leña. Bernardita, que había quedado sola, oyó un rumor, la gruta se llenó de luz, una espléndida Señora apareció sobre la roca de la gruta. Instintivamente la muchacha se arrodilló, sacó el rosario y comenzó a rezar, haciendo pasar entre sus dedos las cuentas del rosario. La Señora tenía en la mano el rosario sin responder al Ave María, solamente al final de la decena se unía a Bernardita para rezar el Gloria. Cuando terminó el rosario, la hermosa Señora desapareció. (Las apariciones se repitieron dieciocho veces de febrero a julio de1858). Cuando por tres veces le preguntó quién era, por tres veces la oyó responder: «Yo soy la Inmaculada Concepción». ¿Por qué la Madre de Jesús escogió a Bernardita, la mayor de los nueve hijos del molinero Francisco Soubirous y Luisa Casterot, para decir al mundo que era la Inmaculada Concepción? ¿Porque los humildes son capaces de rezar: Santa María, Madre Dios...? [Detalle emotivo: si alguien busca a la santa en el martirologio, que ponga delante de Bernardita la palabra «María»] (16 abril)

CONTARDO D’ESTE (1216-1249). Cuando voy a Santiago de Compostela siempre que puedo me pierdo entre los peregrinos, escuchando conversaciones, mirando rostros en la catedral. Y pienso siempre: seguro que hay más de un San Contardo desconocido incluso por él mismo. Contardo d’Este nació en Ferrara casi en tiempos del Poverello de Asís (1181-1226). Primogénito de los príncipes d’Este, señores de la ciudad, de fino oído, pronto oyó la voz del Señor que le pedía renunciara al derecho de sucesión, abandonara las riquezas y viviera como el hijo de María y de José, que no tenía donde reclinar la cabeza. Cuando tenía 33 años, con un grupo de amigos, decidió peregrinar a Santiago de Compostela. Se pusieron en camino «edificando con su fe y sencillez a todos los que encontraban». Al llegar a Broni, provincia de Pavía, enfermó y murió pobremente allí. Los de Broni descubrieron en el anónimo peregrino a San Contardo, venerándole por su vida y sus milagros (16 abril)

BENITO JOSÉ LABRE (1748-1783). El sin raíces, o mejor con las raíces en el cielo, como las orquídeas de la selva tropical que, ya que no pueden llegar a la tierra con sus propias raíces, las fijan en el espacio, por encima de ellas. Quiso hacerse trapense, quiso hacerse cartujo. Le dijeron que no. Desde entonces su vida se convirtió en un grito: Non habemus hic manentem civitatem (No tenemos aquí ciudad permanente, sino que aspiramos a la ciudad futura). Monje de Dios, peregrino mendicante, predicando sin palabras contra la instalación: Quantis non egeo! Como Francisco que necesitaba poco y lo poco que necesitaba lo necesitaba poco. Recorrió amplias regiones de Alemania, España (Montserrat, Santiago de Compostela), Francia, Suiza, Italia. Tenían que echarle de las iglesias donde estaba expuesto el Santísimo. Se quedaba en la calle, mirando a su Oriente. En la calle murió en Roma, a los 35 años, durante la Semana Santa de 1783 (16 abril)

ABDHAYKLA (s. IV). Estrafalario el nombre (¡sólo el nombre!) de este ejemplar sacerdote, que murió mártir junto con su colega Hananya, Guhistazad preceptor del rey de Persia, Pusaik administrador real y un centenar de connacionales de toda condición y estado, encabezados por el obispo de Seleucia Simeón bar Sabas, a los que canonizaron juntos en Roma (decían que para ahorrarse tener que pronunciar uno a uno sus nombres). Algunos, en cambio, en tiempos de inclemencia, disfrutan repasando la letanía más que centenaria de los mártires persas (17 abril)

PANTAGATO (475-540). Que casi la mitad de su nombre suene a «Mamífero carnívoro de la familia de los félidos, digitígrado, doméstico, de unos cinco decímetros de largo desde la cabeza hasta el arranque de la cola, que por sí sola mide dos decímetros aproximadamente, cabeza redonda, lengua muy áspera, patas cortas, pelaje espeso, suave, de color blanco, gris, pardo, rojizo o negro» hace que muchos ignorantes no le tengan devoción al antiguo cortesano del rey Clodoveo, que dejando «barca y redes» decidió hacerse cocinero de los cristianos y con el tiempo le obligaron a que fuera obispo de Vienne, en la Borgoña (Burgundia, en latín). Pero cómo admiran los que saben griego al «buenísimo» (que eso significa su nombre: «todo bondad»), y cómo desearía que al final de los tiempos el Señor me llamará diciendo «pantagato Jorge, bendito de mi Padre, toma posesión del reino preparado para ti desde la creación del mundo…» (17 abril)

The saints have not «fallen from Heaven».
They are people like us, who also have complicated problems.
Holiness does not consist in never having erred or sinned.
Holiness increases the capacity for conversion,
for repentance, for willingness to start again
and, especially, for reconciliation and forgiveness.

CATALINA TEKAKWITHA (1656-1680). Hija de un jefe indio de la tribu de los mohawks. Cuando tenía cuatro años, la viruela arrasó a su familia, sobreviviendo a duras penas ella, quedando con la cara cubierta de cicatrices y la vista muy dañada. Años duros, casi a tientas, física y espiritualmente. Cuando tenía 18 años unos misioneros descubrieron a aquella pobre de Yahvé, que con el tiempo sería llamada «El lirio de los mohawks». Al bautizarla la llamaron Catalina. No pudiendo aguantar los maltratos de sus tíos todavía paganos, para defender su virginidad, huyó, más de trescientos kilómetros, a Canadá. «Te envío a Kateri Tekakwitha. No te fijes en las apariencias. Es una perla» decía la carta del misionero al párroco de Canghawaga. Enferma, cuidaba a los enfermos y ancianos. Catequista, casi ciega, enseñaba a Ver. A los 23 años, el miércoles santo del año 1682, el lirio se abrió para la gloria. «Catalina Tekakwitha, modelo de cómo los cristianos pueden ser sal de la tierra y luz del mundo» (Juan Pablo II) (17 abril)

PERFECTO (+ 850 | + 1936). «Negar el pasado es absurdo e ilusorio. Romper la continuidad con el pasado, querer comenzar de nuevo, es aspirar a descender y plagiar al orangután». Los cristianos no quieren plagiar a los orangutanes, evidentemente. Pero además perdonan, para ser perfectos como el Padre celestial. El imperfecto sacerdote cordobés Perfecto, fue degollado el viernes 18 abril -la "Pascua" del Ramadán- de 850 en el Campo de la Verdad. El mártir mozárabe -modelo para muchos de nosotros- sufrió un desfallecimiento pasajero debido al miedo, pero, repuesto, arrostró torturas durante dos meses de prisión y confesó a Cristo. Once siglos después se repite la historia con un mártir franciscano, Perfecto Carrascosa, nacido en Villacañas, precisamente un 18 de abril. Tímido por naturaleza, fuerte por gracia, -tenía 30 años- cuando le sacaron de casa, contestó a su padre que le decía: «A decir la verdad, hijo», Sí, padre, sí. No sólo no desfalleció, sino que confortó a sus compañeros de prisión, con cinco de los cuales fue fusilado en el cementerio de Tembleque en octubre de 1936. Perdonando (18 abril)

ANDRÉS HIBERNÓN (1534-1602). Murcia, Alcantarilla, Jumilla, Elche, Albacete, Valencia, Villarreal, Gandía... No, no se trata de una clase de geografía de la costa Mediterránea. O mejor, sí, de geografía del corazón, porque en Murcia nació, en Alcantarilla se crió, en Jumilla, Elche, Albacete, Valencia, Villarreal, Gandía vivió el hijo de Ginés Hibernón y María Real, apodada «La Buena». Le bautizaron nada menos que en la catedral de Murcia (porque un hermano de su madre era beneficiado de la catedral; todo hay que decirlo). Familia muy humilde. Trabajó esforzadamente con la esperanza de mejorar la situación de pobreza de sus padres y proveer a la dote de su hermana. Habiendo ahorrado una suma respetable, cuando regresaba a casa, en el camino le robaron todo. Él, que ya venía madurando el propósito de dedicarse a Dios, vio en este acontecimiento una llamada divina, y decidió parecerse a San Francisco de Asís, pero en serio. Franciscano desde que tenía 23 años, fue compañero de San Pascual Bailón. Cuentan que se especializó en mirar a los ojos de los que se acercaban al convento, pero sobre todo en mirar al Señor Sacramentado. Y que sonreía al acompañar a los moribundos para que lo último que vieran aquí abajo se pareciera a lo que verían al llegar a la casa del Padre. Cuando tenía 68 años él también vio la sonrisa divina (18 abril)

Die Heiligen nich «vom Himmel gefallen» sind.
Sie sind Menschen wie wir, mit Problemen, die auch kompliziert sein können.
Die Heiligkeit besteht nich darin, nie einen Fehler, eine Sünde begangen su haben.
Di Heiligkeit wächst in der Fähigkeit zur Bekehrung, zur Reue,
zur Bereitschaft, wieder neu anzufangen,
und vor allem in der Fähigkeit zu Versöhnung und Vergebung.

MARTA y PUSICIO (+ 341). Leyendo historia uno se entera de que en la lista de los reyes sasánidas que gobernaron Persia, después de Sapor I, Ormuz I, Bahram I, II, III, Narsés, Ormuz II, asoma Sapor II, que alcanzó el trono en el año 310, continuando la política contraria a Roma iniciada por sus antecesores. Expandió sus zonas de influencia a costa del Imperio Romano, derrotando a las legiones en numerosas ocasiones, incluidas las dirigidas por el propio emperador Juliano. Sus hazañas le valieron el nombre de Sapor el Grande. Pero no le dicen a uno las historias detalles como éste: que el Viernes santo de 341, el susodicho Grande, mandó matar a Pusicio porque decía que Jesús era el Hijo de Dios, y dos días después, Domingo de Pascua, a su hija Marta, que repetía lo mismo, añadiendo que su madre se llamaba María. A esta Marta el Señor no tuvo que decirle: «Marta, Marta, andas inquieta y preocupada por muchas cosas, cuando en realidad una sola es necesaria» (19 abril)

JACOBO DUCKETT (+ 1602). ¿Quién no recuerda «Fahrenheit 471», la novela de Ray Bradbury, hecha película por Truffaut, con Julie Christie y Oskar Werner? (En una ciudad imaginaria, los bomberos queman los libros, materia prohibida por «alienantes». El bombero Montag encuentra casualmente a Clarisse, distinta de las vulgares de moda, que le «envicia» en la lectura. Linda, la mujer del bombero, le denuncia. Le condenan a quemar su casa repleta de libros escondidos. Huye a un bosque donde encuentra hombres-libros libres). Pues algo así la vida de Duckett. Librero de Londres, denunciado por vender libros católicos, pasó nueve años en la cárcel, hasta que le ahorcaron. Con un final de película también: subió al patíbulo en compañía del denunciador arrepentido (19 abril)

ANICETO (+ 166). La letanía de los Papas empieza así: Pedro, Lino, Cleto, Clemente, Alejandro, Sixto, Telesforo, Higinio, Pío, Aniceto, Sotero, Eleuterio... Al llegar al décimo, muchos pronuncian su nombre con ternura especial. Les viene de cuando estudiaron en Roma. En la capilla del Colegio, en el Palazzo Altemps, estaba el sarcófago con las reliquias del Papa San Aniceto. Santo al que se encomiendan los que suspiran por la unidad de los cristianos. Policarpo, el obispo de Esmirna, y Anacleto, obispo de Roma, no pronunciaron la palabra «diálogo», pero dialogaron como buenos hermanos. Trataban de ponerse de acuerdo sobre la fecha de la celebración de la Pascua. (Oriente seguía la tradición de Juan, Occidente la de Pedro). No lo lograron. Pero siguieron celebrando la eucaristía juntos, rezando unidos en la caridad, dando tiempo al tiempo, peregrinos que no pierden la Esperanza (20 abril)

CHIARA BOSATTA (1858-1887). Cuando me saqué de la manga aquello de «La vocación es como un itinerario con señales de pista. Cada señal lleva a la señal siguiente, sin saber el término definitivo. Más que un conocimiento del futuro es una correspondencia amorosa» no tenía conciencia de estar resumiendo la vida de muchos santos. Ahora que conozco la de Dina Bosatta pienso que le cuadra perfectamente. Fueron once hermanos, ella la pequeña. Siete emigraron a Argentina. A los 13 años entró en las Canosianas de Gravedona. A los 19 la salieron. Don Carlo Coppini, el párroco de Pianello Lario, su pueblo, con un grupo de Hijas de María, había puesto en marcha un centro para ancianos y niños abandonados. El grupo fue estructurándose. Empezaron a llamarla Chiara. Estudió magisterio. Al morir el párroco, aparece el beato Guanella (1842-1915), que le da la mano. Va a Como donde se convierte en el lazarillo de todo el mundo. Enferma, piensan que el aire de su pueblo mejorará sus pulmones, y en Pianello fallece el 20 de abril de 1.887, a los 29 años. Fue Don Guanella, que la conocía bien, quien promovió la apertura de la causa de beatificación. Cuando Juan Pablo II la beatificó en 1991 dijo: «La actualidad del mensaje de Sor Chiara está en el hecho de haber cumplido con amor las sencillas acciones de cada día, estando en continua sintonía con Dios. En su vida no hubo gestos extraordinarios. Lo extraordinario estuvo en el modo de relacionarse con Dios, dejándole que ocupara todo su ser» (20 abril)

ANSELMO (1033-1109). Los artistas lo pintan con una nave en la mano. No tanto por las veces que tuvo que pasar el mar desterrado por oponerse a los gobernantes de su tiempo (algún buen obispo de hoy tiene a quien encomendarse) cuanto por adentrarse en el misterio de Dios: «En Dios se descubren nuevo mares cuanto más se navega». Su «Proslogion» es una obra digna de un gran doctor de la Iglesia: «En todas partes estás presente e íntegramente, y yo no te veo. Me muevo y existo en ti, y, sin embargo, no puedo alcanzarte. Estás dentro y alrededor de mí y no te siento. Te ruego, Señor, que te conozca y te ame para que encuentre en ti mi alegría. Y si en esta vida no puedo alcanzar la plenitud, que al menos crezca de día en día hasta que llegue a aquella plenitud. Que en esta vida se haga más profundo mi conocimiento de ti, para que allí sea completo; que tu amor crezca en mí para que allí sea perfecto, y que mi alegría, grande en esperanza, sea completa en la posesión» (21 abril)

CONRADO DE BIRNDORFER DE PARZHAM (1818-1894). Hagiografía abreviada: Cfr. Hno. Alonso Rodríguez. Cfr. Hno. Francisco Gárate. Pues eso, en capuchino y con apellidos made in Germany. Ostiarios, porterazos los tres. Más de 30 años el Hno. Alonso en Palma de Mallorca, 41 el Hno. Gárate en Deusto, 42 el Hno. Conrado en Altötting. | Yo me los imagino rezando al final de su vida: «¿Me llamas, Señor? Yo era como un «perrito» que husmea tras el olor de la comida... Y adelanta, sin saber hacia dónde. Yo... no sabía nada de Ti: sólo lo imprescindible para buscarte... ¡Al fin llegaría a conocerte mejor! Te había escogido sólo a Ti... Me parece que no hubiera podido hacer otra cosa. Continuamente me iba diciendo: «¿A quién iré? ¿A quién iré?». Quería demostrarte que te quiero. ¡Sin necesidad de romperme la cabeza con actos llamativos! Todos mis conocimientos de buen obrero, los ponía al servicio de Tu Casa. Demostraría que es una buena casa, una buena casa poco conocida... Entonces, Tú me tomaste por la palabra y me pusiste a prueba. Durante mucho tiempo tuve la impresión de que te habías ido... Nunca escaseaba el trabajo, pero no eras Tú el que me lo señalaba... Te llamaba para ofrecerte los frutos, pero Tú no aparecías... Me había convertido en un criado sin paga y el nombre de la firma había cambiado: Tú no figurabas nunca, o casi nunca... ¿Durante cuánto tiempo me has dejado solo en el tajo? Pero me diste fuerza para continuar en la oscuridad. Te gustaba ir descubriendo la medida de mi fidelidad y me infundías el deseo de estar siempre allí, hasta el día en que Tú abrirías la puerta... Pensaba para mis adentros: «¿He venido por mi gusto? ¿Me ha contratado Él para dirigir sus oficinas?¿Valía la pena haber venido si precisaba de un contacto inmediato? Si es Su gloria lo que quiero, si creo en Su amor, ¿voy a necesitar un recibo después de cada servicio?». Cuanto más ahondaba en mi silencio, más seguro me sentía de Ti... Cuanto menos me encuentro a mí mismo más te descubro a Ti... Yo nunca he predicado, pero quien tenga ojos puede ver que Tu Casa, Señor, ha sido el gozo de mi vida... De este lazo de la Puerta va acrecentándose el Deseo, del otro ya Tú me abres los brazos... Amén.» (21 abril)

LEÓNIDES (+ 204). «La madre se ha alejado un momento del coche del pequeño y yo me he acercado para encontrarme con la Santísima Trinidad que vive en su alma. El niño duerme, con los brazos caídos sobre la pequeña sábana bordada. Sus ojos cerrados miran al interior y el pecho dulcemente se levanta al compás. Parece que su vivir repita: la casa está habitada. Señor, tú estás ahí. Te adoro en este niño que te conserva intacto». Michel Quoist se inspiró en aquella conocida anécdota: Leónides, cuando dormía su primer hijo muy niño, se acercaba y le besaba el pecho como si fuese un sagrario del Espíritu Santo. El niño se llamaba Orígenes. Ilustre filósofo el padre educó a sus siete hijos maravillosamente. El historiador Eusebio transcribe fragmentos de la carta que Orígenes, de 17 años, escribió a su padre en la cárcel, exhortándole al martirio. Mártir fue, dejando a los siete hijos huérfanos… relativamente, porque les había bien enseñado que tenían un Padre en el cielo (22 abril)

FRANCISCO DE FABRIANO (1251-1322). «¡Oh fray León, ovejuela de Dios! Aunque el fraile menor hable la lengua de los ángeles, y sepa el curso de las estrellas, y las virtudes de las hierbas, y le sean descubiertos los tesoros de la tierra, y conozca la naturaleza de las aves, y de los peces, y de los animales, y de los hombres, y las propiedades de los árboles, piedras y raíces, y de las aguas, escribe que no está en eso la perfecta alegría...». A Asís fue cuando tenía 17 años el hijo del médico de Fabriano, Compagno Venimbeni, para que fray León le contara cosas del Poverello. Se quedó con ellos. Con los dineros que le dio su padre, construyó una biblioteca para los hijos de San Francisco. Como «Primer fundador de bibliotecas» le recuerdan en la orden franciscana. Buen título. Que por algo entre las obras de misericordia, además de Rogar a Dios por los vivos y los difuntos, Sufrir con paciencia las molestias del prójimo, Consolar al triste, Perdonar las injurias, Corregir al que yerra, Dar buen consejo al que lo ha menester, está la de Enseñar al ignorante (22 abril)

JORGE* (s. III). Quizá soldado, quizá campesino (labrador, significa su nombre), sólo parece cierto que fue mártir en Asia Menor. Y que rápidamente conquistó la fama de «gran mártir» primero en Oriente y luego en Occidente. Patrono de Aragón, Cataluña, Génova, Inglaterra, Portugal, Venecia... La bella leyenda le aplicó imágenes del Apocalipsis: luchador contra el dragón (el mal) y liberador de la doncella (el débil). Bien está (23 abril)
* Ver http://www.pastoral-vocacional.org/hojas_vocacionales/167.html

ADALBERTO (956-997). Hijo de Slavnik, nacido en Lybicza, se llamaba Voitech. Al recibir la confirmación adoptó el nombre del que le confirmaba. Nombrado obispo de Praga, a los 27 años, fracasó rotundamente. Fue a Roma y se hizo benedictino. A los tres años el monje-obispo fue obligado a volver a su patria. Tampoco tuvo éxito al segundo y al tercer intento. En Rusia las cosas le fueron mejor. Hasta que en Tenkitten, entre el río Nogat y el Vístula, triunfó del todo el año 997. Canonizado en 999. Buen patrono para los que viven entre nieblas (23 abril)

ANIANO (+ 67). Era un zapatero monoteísta a juzgar por los juramentos que profería cuando las cosas no iban como él quería. No blasfemaba por Júpiter, Hércules y los dioses inmortales, sino por «el gran Dios del cielo». Dicen que esto llamó la atención de san Marcos que había entrado a su taller para que le arreglara una sandalia. Habiéndose herido el dedo pulgar con su lezna, Aniano soltó delante de su cliente su juramento habitual. Marcos le curó el dedo y después llevó la conversación hacia «el gran Dios del Cielo», que Jesús había venido a revelar. Éste fue el origen de la conversión de Aniano, quien fue el primer cristiano y primer obispo de Alejandría (23 abril)

FIDEL DE SIGMARINGA (1577-1622). Fidel Reyd Rosamberger nació en Sigmaringen. Apreciado jurista, ejerció de abogado. «Abogado de los pobres» le llamaban, porque asumía su defensa gratuitamente. A los 35 años, harto de «las negras leyes», se hizo capuchino. «Este hombre, Fidel de nombre y de hecho, sobresalió en la constante defensa de la fe católica» escribió el papa Benedicto XIV. Enviado a Suiza para contrarrestar la ola devastadora del calvinismo, trataron de acallarle con disparos de fusil durante una predicación. Al salir le hirieron de muerte. Tenía 45 años. Su muerte conmovió incluso a los contendientes más cerrados. Murió diciendo como Esteban: «Señor, no les tomes en cuenta este pecado». Los acontecimientos posteriores demostraron que el sacrificio de Fidel no había sido en vano. Otra vez fueron verdad las palabras de Caifás: «Expedit unum hominem mori pro populo» (24 abril)

MARÍA CLEOFÁS y MARÍA SALOMÉ (s. I). Son dos de las tres Marías, que pasado el sábado, compraron perfumes para ir a embalsamar a Jesús, y muy de madrugada, a la salida del sol, oyeron que un joven, vestido con una túnica blanca, les decía: «Ha resucitado». María de Cleofás, la que estuvo junto a la cruz de Jesús, madre de Santiago el menor. María Salomé, madre de Santiago y Juan. Tan al lado de Jesús en vida, en muerte y en resurrección. ¿Santas? Si la Luz ilumina, si el Fuego quema, si el Santo santifica ¿cómo no? «Tías» de Jesús y marianas con la Madre (24 abril)

MARCOS (s. I). El hombre es un ser limitado... que se empeña en negar su limitación. Los grandes ideales llaman a los perfectos, pero Jesucristo llama a los pecadores (a los limitados). Un ejemplo: Marcos, evangelista, a quien Pablo abandonó por tímido y miedoso, pero luego fue el primero que acertó a escribir un evangelio (que hoy los exegetas consideran el más antiguo y el más radical) (25 abril) /p>

HERMANO PEDRO (1626-1667). Pedro de San José Betancur nació en Vilaflor de Tenerife. Hijo de pastores y agricultores, tuvo la gracia de ser educado cristianamente. Llegó a Guatemala cuando tenía 25 años. Una grave enfermedad lo puso en contacto directo con los más pobres. Recuperada inesperadamente la salud, quiso consagrar su vida a Dios realizando los estudios eclesiásticos pero, al no poder hacerlo, profesó como terciario en el Convento de San Francisco, en la actual La Antigua Guatemala. El sacristán de la Ermita del Santo Calvario, la convierte en centro irradiador de caridad. Recordando la pobreza de la primera posada de Jesús en la tierra, llamó a su obra «Belén». Otros terciarios fueron compartiendo con el Hermano Pedro vida y actividad caritativa. La vida comunitaria tomó forma cuando el Hermano Pedro escribió un reglamento, que fue adoptado también por las mujeres que atendían a la educación de los niños. Estaba surgiendo lo que más tarde debería tener su desarrollo natural: la Orden de los Bethlemitas y de las Betlehemitas. Muere apenas a los 41 años el que en vida era llamado «Madre de Guatemala». A más de tres siglos de distancia, la memoria del «hombre que fue caridad» no se apaga. Juan Pablo II lo canonizó el 30 de julio de 2002 en la bendita Guatemala, su «tierra prometida» (25 abril)

CLETO (+ 88). Lino, Cleto, Clemente / Sixto, Cornelio, Cipriano / Lorenzo, Crisógono / Juan y Pablo... hemos rezado en la misa durante siglos. Fue el segundo sucesor del papa Pedro el Pescador (o la Roca). Cuando las rebajas en el santoral quedó eliminado su nombre, pero nos queda la música de la lista de «condiscípulos», de testigos del Señor Jesús (26 abril)

ISIDORO DE SEVILLA (560-636). ¡Cómo habrían gozado sus padres de no haber fallecido tan pronto! Tres hijos obispos (Leandro, Fulgencio e Isidoro) y abadesa Florentina la hija. Leandro, el mayor, hizo de padre de sus hermanos. Y de maestro. Isidoro le sucedió como arzobispo de Sevilla. Y nadie se quejó de nepotismo. Era el mejor. Célebre por su obra «Etimologías», verdadera enciclopedia del saber antiguo. Presidió el IV concilio de Toledo, que tuvo una gran influencia para que en la Península Ibérica se rezara el «Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo» sin resabios arrianos. «El último de los Padres latinos» (último en el tiempo, no en la valía). Florentina e Isidoro murieron 3 años después que el obispo de Cartagena Fulgencio y 35 después que Leandro el grande. ¡Qué recibimiento no les harían en el cielo! (26 abril)

RAFAEL ARNAIZ (1911-1938). «Suponte que estás en tu casa, enfermo, lleno de cuidados y atenciones, pero un día vieras pasar debajo de tu ventana a Jesús, seguido de una turba de pecadores, de pobres, de enfermos, de leprosos... Si vieras que Jesús te llamaba y te daba un puesto en su séquito, y te mirase con esos ojos divinos que desprendían amor, ternura y perdón y te dijera: “¿Por qué no me sigues?” ¿Qué harías? ¿Acaso le ibas a responder: Señor, te seguiría si me dieses un enfermero, te seguiría si estuviese sano y fuerte para poderme valer? No. Si hubieras visto la dulzura de los ojos de Jesús te hubieras levantado de tu lecho sin pensar en ti para nada, te hubieras unido a la comitiva de Jesús y le hubieras dicho: Voy, Señor, no me importan mis dolencias, ni la muerte, ni comer ni dormir; si Tú me admites, voy; si Tú quieres puedes sanarme; no me importa que el camino por donde me lleves sea abrupto, difícil y esté lleno de espinas; no me importa si quieres que muera contigo en la cruz, voy Señor, porque eres Tú el que me promete una recompensa eterna, eres Tú el que me perdona, el que me salva, eres Tú el único que llena mi alma. Ni aun sufrir hasta el fin del mundo, merece la pena de dejar de seguir a Jesús»- Fr. María Rafael. Faustino. / La frase lleva dos firmas. La de aquel estudiante de arquitectura que entró en la trapa de San Isidro de Dueñas en 1934 para volar al cielo el 26 de abril de 1938 alquitarado por la enfermedad (beatificado en 1992) y la de Faustino, un muchacho de Valencia, que se la apropió poniendo su firma al lado de la del Hermano Rafael, antes de volar hacia Arriba a los 16 años. Lector, evidentemente caben otras firmas (26 abril)

MARE DE DÉU DE MONTSERRAT. Rosa d'abril, Morena de la serra, de Montserrat estel: il·lumineu la catalana terra, guieu-nos cap al cel. | Amb serra d'or els angelets serraren eixos turons per fer-vos un palau: Reina del Cel que els Serafins baixaren, deu-nos abric dins el vostre mantell blau. | Alba naixent d'estrelles coronada, Ciutat de Déu que somnià David, a vostres peus la lluna s'és posada, el sol sos raigs vos dóna per vestit. | Dels catalans sempre sereu Princesa, dels espanyols Estrella d'Orient, sigueu pels bons pilar de fortalesa, pels pecadors el port de salvament (27 abril)

ZITA (1218-1278). Nació siete años antes que Tomás de Aquino y murió 4 años después que él. No se conocieron personalmente. Pero los dos sí conocieron al Hijo de Dios profundamente. Tomás escribió y habló mucho de Él. Zita calló mucho por Él. Dieciséis trienios habría tenido que pagarle la familia Fatinelli, a la que sirvió como empleada del hogar (diciéndolo a lo moderno) desde que tenía 12 años. Porque si hubiesen tenido que pagarle la paciencia que derrochó con ellos, se habrían arruinado mucho antes del 27 de abril de 1278, día en que despertó asombrada al encontrarse santa allá. Luego, muy pronto, empezó a regar milagros enormes en Lucca, que dieron mucho que hablar, tanto que a los cuatro años el obispo quiso elevarla a los altares. Ella sonríe ahora cuando se la invoca si se pierden las llaves (27 abril)

PEDRO CHANEL (1803-1840). A muchos el apellido les suena a perfume perfumado y perfumante. En esta onda cabría decir resonando la célebre frase de Tertuliano: «El perfume de los mártires es semilla de cristianos». Vida fragante la suya. El párroco de Cuet, su pueblo, desde que era niño le puso en comunicación con misioneros de Ultramar. Sacerdote a los 24 años, conociendo sus anhelos misionales, el fundador de los Padres Maristas, que había sido su profesor en el Seminario Menor, le invitó a que le acompañara a Roma a ofrecerse juntos a Propaganda Fide para ir a lejanas tierras. Le enviaron realmente lejos, a Futuna, isla de Polinesia. Al año hablaba correctamente el futunés. En menos de cuatro años hizo méritos suficientes para alcanzar la palma del martirio. Su fragancia se difundió tanto que tres años después «todos los futuneses se habían bautizado». Protomártir de Oceanía (28 abril)

GIANNA BERETTA MOLLA (1922–1962). Tuvo 12 hermanos. Hizo la primera comunión a los cinco años y medio. Médica desde 1949, especialista en pediatría (decía: «Quien toca el cuerpo de un paciente, toca el cuerpo de Cristo»; «El amor es el sentimiento más hermoso que Dios ha puesto en el corazón de los hombres»), se casó con el ingeniero Pietro Molla en Magenta, diócesis y provincia de Milán, el día de la Virgen de la Merced de 1955. Van llegando los hijos: Pierluigi (1956), Mariolina (1957), Laura (1959). En septiembre de 1961 la disyuntiva: o renuncia a ser madre o morirá. Escogió lo segundo: Gianna Emanuela nace felizmente el 21 de abril, pero la madre muere el 28. Juan Pablo II dijo de ella en 2004 al canonizarla: «A ejemplo de Cristo “que habiendo amado a los suyos... los amó hasta el extremo” esta santa madre de familia se mantuvo heroicamente fiel a la promesa hecha el día de su matrimonio. El sacrificio extremo que selló su vida da testimonio de que sólo quien tiene la valentía de darse totalmente a Dios y a los hermanos se realiza de verdad» (28 abril)

CATALINA DE SIENA (1347-1386). El papa Pablo VI la nombró, con Teresa de Jesús, «doctora» de la Iglesia. Murió a los 33 años, tras haber ejercido una actividad asombrosa, trabajando por la cruzada, la paz en Italia, la presencia del papa en Roma, la unidad de la Iglesia, la reforma de la curia y el ejercicio de la caridad. Patrona de Italia junto con Francisco de Asís (29 abril)

SEVERO (+ 409). Su nombre suena a riguroso, áspero, rígido, duro en el trato. Pero sus hechos fueron más «mórbidi». («Mórbido», palabra que los italianos usan a placer cuando quieren elogiar la suavidad y terciopelodez de un producto). Durante los 36 años que fue obispo de Nápoles tuvo que habérselas con envalentonados paganos tradicionalistas y agresivos arrianos, que no le perdonaron que trajese de Oriente los restos de su predecesor San Máximo, desterrado precisamente por los que negaban que el Hijo fuera Dios. Amigo de San Ambrosio de Milán, desde que coincidieron en el concilio de Capua (392). Del «mórbido» san Severo cuentan que para ayudar a una viuda resucitó a un difunto para que públicamente defendiese a su mujer amenazada de esclavitud por un aprovechado comerciante que reclamaba una deuda pagada en vida por el marido. De película (29 abril)

PÍO V (1504-1572). Michele Ghislieri, nacido en Bosco Marengo, no era nada montaraz. Entró en los dominicos a los 14 años. Enseñó filosofía y teología durante 16 años, hasta que a su pesar le nombraron obispo de Sutri. Cardenal en 1559. Aunque accedió a cambiar de nombre en 1565 cuando le eligieron papa, no cedió con lo de la vestimenta dominicana. Curiosamente, desde él, desde entonces, los papas van vestidos de blanco. Procuró que el concilio de Trento fuera letra viva. Durante siglos los cristianos han orado con el misal y el breviario publicados durante su pontificado. Respiró a gusto en 1570 cuando la victoria de Lepanto. Con razón. A disgusto tuvo que decirle a la reina Isabel de Inglaterra que desentonaba. ¡Qué tiempos! Sus restos mortales descansan en Santa María la Mayor de Roma (30 abril)

ILDEGARDA (+ 783). Se casó con el emperador Carlomagno. Tuvieron ocho hijos. Amiga íntima de santa Lioba, que a su vez profesaba un enorme cariño a san Bonifacio. Los libros de historia nos cuentan demasiadas batallas y olvidan lo más importante: la amistad y el amor de nuestros antepasados. En la abadía de Kempten sepultaron a la emperatriz. Arrullada por la buena música gregoriana (30 abril)

 
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Cuando la hoja vocacional salía impresa mes tras mes, publiqué repetidas veces mini-hagiografías con sabor vocacional: «Estos hicieron tanto por salvarse, ¿y tú qué haces?» I y II (302.304); «¿Por qué no con el tiempo?» (327); «¿Y si yo hiciera lo mismo que san Francisco? (385). / Mientras se publicó la agenda bíblico-litúrgica «Phase», Joaquín Gomis y yo, algunos años, ilustrábamos los domingos con un boceto de gente buena. / De 2001 a 2003 colaboré en la revista «El Reino» con una sección titulada «El rostro de los santos». / Aquí van ahora, a través de esta hoja vocacional virtual, diversas mini —y a veces no tan mini— hagiografías del mes de abril. Con la esperanza de que, leyéndolas el lector sonría, descubra la voluntad de Dios, y una estrella ilumine los ojos de su corazón. — JORGE SANS VILA