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EN LA MAYORÍA DE VUESTROS PAÍSES, NO OBSTANTE UN ESPERANZADOR DESPERTAR DE VOCACIONES, ES UN PROBLEMA GRAVE Y CRÓNICO LA FALTA DE LAS MISMAS. LA DESPROPORCIÓN ES INMENSA ENTRE EL NÚMERO CRECIENTE DE HABITANTES Y EL DE AGENTES DE LA EVANGELIZACIÓN. IMPORTA ESTO SOBREMANERA A LA COMUNIDAD CRISTIANA. TODA COMUNIDAD HA DE PROCURAR, SUS VOCACIONES, COMO SEÑAL INCLUSO DE SU VITALIDAD Y MADUREZ. HAY QUE REACTIVAR UNA INTENSA ACCIÓN PASTORAL, QUE PARTIENDO DE LA VOCACIÓN CRISTIANA EN GENERAL, DE UNA PASTORAL JUVENIL ENTUSIASTA, DÉ A LA IGLESIA LOS SERVIDORES QUE NECESITA. LAS VOCACIONES LAICALES, TAN INDISPENSABLES, NO PUEDEN SER UNA COMPENSACIÓN SUFICIENTE. MÁS AÚN, UNA DE LAS PRUEBAS DEL COMPROMISO DEL LAICO ES LA FECUNDIDAD EN LAS VOCACIONES A LA VIDA CONSAGRADA.— JUAN PABLO II

     

     Al comenzar 1979, montones de periodistas de todo el mundo se desplazaron a México para informar a sus lectores sobre el viaje del Papa a aquella república con motivo de celebrarse en Puebla la III conferencia general del episcopado latinoamericano.
     Cuando el Papa regresó a Roma los periodistas que se quedaron allí nos contaron con pelos y señales los trabajos y los días, incluso las batallas y escaramuzas de los reunidos.
     Muchos pensamos que los periodistas se habían convertido por fin de su obsesiva y patológica superficialidad, y apostaban de veras por la liberación.
     Pero poco después cayó sobre ellos, y sus lectores, la más total afonía liberadora.
     Ante la imposibilidad de ofrecer todo el documento, he aquí 24 de los 1.310 puntos elaborados en Puebla. Los que se refieren a la vocación.
     Conocerlos y releerlos, para llevarlos a la práctica, será una manera eficaz de apostar por la verdadera liberación.

J.S.V.


VOCACIÓN HUMANA, CRISTIANA Y CRISTIANA-ESPECÍFICA

852 Dios llama a todos los hombres y a cada hombre a la fe y por la fe, a ingresar en el pueblo de Dios mediante el bautismo. Esta llamada por el bautismo, la confirmación y la eucaristía, a que seamos pueblo suyo, es llamada a la comunión y participación en la misión y vida de la Iglesia y, por lo tanto, en la evangelización del mundo.

853 No todos, sin embargo, somos enviados a servir y evangelizar desde la misma función. Unos lo hacen como ministros jerárquicos, otros como laicos y otros desde la vida consagrada. Todos, complementariamente, construimos el reino de Dios en la tierra.

854 Todos los cristianos, según el designio divino, debemos realizarnos como hombres — vocación humana — y como cristianos, viviendo nuestro bautismo en lo que tiene de llamada a la santidad (comunión y cooperación con Dios), a ser miembros activos de la comunidad y a dar testimonio del reino (comunión y cooperación con los demás) —vocación cristiana-, y debemos descubrir la vocación concreta (laical, de vida consagrada o ministerial jerárquica) que nos permita hacer nuestra aportación específica a la construcción del Reino —vocación cristiana específica-. De este modo, cumpliremos, plena y orgánicamente, nuestra misión evangelizadora.


DIVERSIDAD EN LA UNIDAD

855 El ministerio jerárquico (obispos, presbíteros y diáconos) dan unidad y autenticidad a todo el servicio eclesial en la gran tarea evangelizadora.

856 La vida consagrada, en todas sus modalidades, con mención explícita de la contemplativa, es en sí misma, por la radicalidad de su testimonio, «un medio privilegiado de evangelización eficaz».

857 El laico con su función especial en el mundo y la sociedad tiene ante sí una ingente tarea evangelizadora en el presente y en el futuro de nuestro continente.

858 Por otro lado, el Espíritu Santo está suscitando hoy en la Iglesia diversidad de ministerios, ejercidos también por laicos, capaces de rejuvenecer y reforzar el dinamismo evangelizador de la Iglesia.

859 Respecto de las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, en concreto, hacemos nuestras las palabras de Juan Pablo II: «En la mayoría de vuestros países, no obstante un esperanzador despertar de vocaciones, es un problema grave y crónico... Las vocaciones laicales, tan indispensables, no pueden ser una compensación suficiente. Más aún, una de las pruebas del compromiso del laico es la fecundidad en las vocaciones a la vida consagrada». A tal problema debe hacer frente, con optimismo y confianza en Dios, la pastoral vocacional en cada iglesia local.


DIOS, COMUNIDAD E INDIVIDUO

860 Situarse ministerial y evangelizadoramente en la Iglesia no es algo que dependa únicamente de la iniciativa personal. Es primordialmente llamada gratuita de Dios, vocación divina, que debe percibirse, a través de un discernimiento, escuchando al Espíritu Santo y situándose ante el Padre por Cristo y frente a la comunidad concreta e histórica a la que hay que servir. Es también fruto y expresión de la vitalidad y madurez de toda comunidad eclesial.

861 En consecuencia, una pastoral vocacional auténtica que quiera ayudar al hombre en tal proceso deberá centrarse en la llamada inicial, en su maduración subsiguiente y en la perseverancia, comprometiendo en este servicio a toda la comunidad.


LA ORACIÓN EN LA PASTORAL VOCACIONAL

862 En el complejo problema vocacional es necesario, en todo momento y a todos los niveles, el recurso ininterrumpido a la oración personal y comunitaria. Es Dios quien llama; es Dios quien da eficacia a la evangelización. El mismo Cristo nos dijo: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad al Dueño de la mies envíe obreros a su mies».


PASTORAL VOCACIONAL ENCARNADA Y DIFERENCIADA

863 Porque la pastoral vocacional es una acción evangelizadora y en orden a la evangelización, misión de la Iglesia, debe ser encarnada y diferenciada. Es decir, debe responder desde la fe a los problemas concretos de cada nación y región y reflejar la unidad y variedad de funciones y servicios de ese cuerpo diversificado cuya cabeza es Cristo.

864 América Latina, empeñada hoy en superar su situación de subdesarrollo e injusticia, tentada de ideologías anticristianas y codiciada por guías extremistas y centros de poder, necesita de personas conscientes de su dignidad y responsabilidad histórica y de cristianos celosos de su identidad que, de acuerdo con su compromiso, sean constructores de un «mundo más justo, humano y habitable, que no se cierra en sí mismo, sino que se abre a Dios». Cada uno debe hacer esto desde su puesto y función, y todos en comunión y participación. Es el gran reto y servicio de la evangelización presente y futura de nuestro continente y es la gran responsabilidad de nuestra pastoral vocacional. Alabamos ya y respaldamos, sin restricciones, a cuantos trabajan con fe, esperanza y amor en esta línea.


UBICACIÓN DE LA PASTORAL VOCACIONAL Y LUGARES PRIVILEGIADOS

865 El período juvenil es período privilegiado, aunque no único, para la opción vocacional. Por ello, toda pastoral juvenil debe ser, al mismo tiempo, pastoral vocacional. «Hay que reactivar una intensa acción pastoral que, partiendo de la vocación cristiana en general, de una pastoral juvenil entusiasta,' dé a la Iglesia los servidores que necesita».

866 La pastoral vocacional es dimensión también esencial de la pastoral familiar y de la pastoral educativa y debe ubicarse prioritariamente en la pastoral de conjunto.

867 Son lugares privilegiados de la pastoral vocacional la iglesia particular, la parroquia, las comunidades de base, la familia, los movimientos apostólicos, los grupos y movimientos de juventud, los centros educacionales, la catequesis y las obras de vocaciones.

868 Debe prestarse igualmente especial atención a aquellos que en edad adulta perciben la llamada del Señor para una vocación cristiana específica.


OPCIONES Y LÍNEAS DE ACCIÓN

881 Hay que impulsar, coordinar y ayudar la promoción y maduración de todas las vocaciones, especialmente de las sacerdotales y la vida consagrada, dando a esta tarea prioridad efectiva.

882 Hay que fomentar las campañas de oración a fin de que el pueblo tome conciencia de las necesidades existentes. La vocación es la respuesta de Dios providente a la comunidad orante.

883 Es necesario acompañar a todos los que sienten la llamada del Señor en el proceso de discernimiento y ayudarles a cultivar las disposiciones básicas para la maduración vocacional.

884 Toda pastoral vocacional debe estar encarnada en el actual momento histórico de América Latina y debe ser diferenciada, es decir, reflejar y promover la diversidad de vocaciones en la unidad de la misión y del servicio evangelizador.

885 Hay que dar a la pastoral vocacional el puesto prioritario que tiene en la pastoral de conjunto y más en concreto en la pastoral juvenil y familiar.

886 Hay que promover con particular empeño las vocaciones entre el campesinado, el mundo obrero y los grupos étnicos marginados y planificar su formación posterior para que sea adecuada.

887 Al mismo tiempo hay que promover más intensamente las vocaciones presbiterales y de vida consagrada en las ciudades, en medios profesionales, universitarios, etc.


173 Vale la pena dedicarse a la causa de Cristo, que quiere corazones valientes y decididos. Vale la pena consagrarse al hombre por Cristo, para llevarle a Él, para elevarlo, para ayudarle en el camino hacia la eternidad. Vale la pena hacer una opción por un ideal que os procurará grandes alegrías. Vale la pena vivir por el Reino el celibato sacerdotal, vivirlo responsablemente, aunque os exija no pocos sacrificios. El Señor no abandona a los suyos. —JUAN PABLO II