PUEBLA
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III Asamblea General del Episcopado Latinoamericano
Documento de Puebla (1979)

Algunos extractos

TERCERA PARTE

Cap. III: MEDIOS PARA LA COMUNIÓN Y LA PARTICIPACIÓN

1. LITURGIA
Sin embargo, comprobamos que no se ha dado todavía a la pastoral litúrgica la prioridad que le corresponde dentro de la pastoral de conjunto, siendo aún más perjudicial a la oposición que se da en algunos sectores, entre Evangelización y Sacramentalización. Falta profundizar la formación litúrgica del clero; se nota una marcada ausencia de catequesis litúrgica destinada a los fieles. (901)
Utilizar los seminarios, los monasterios, las escuelas y otros centros de formación como lugar privilegiado para orar, irradiar vida de oración y formar maestros de ella. (954)
2. TESTIMONIO
2.1 Situación
A través de su historia, la Iglesia en América Latina ha dado testimonio de lo que cree de diversas maneras: su fidelidad al Vicario de Cristo; la mutua ayuda entre las Iglesias particulares; la existencia y los trabajos del Consejo Episcopal latinoamericano son signos de la comunión en que vive.
La Iglesia, a través de innumerables sacerdotes, religiosos, misioneros y laicos, ha estado presente entre los más pobres y necesitados, predicando el Mensaje y realizando la caridad que el Espíritu difunde en ella para la promoción integral del hombre y dando testimonio de que el Evangelio tiene fuerza para elevarlo y dignificarlo.
Sin embargo, no todos los miembros de la Iglesia han sido respetuosos del hombre y de su cultura; muchos han mostrado una fe poco vigorosa para vencer sus egoísmos, su individualismo y su apego a las riquezas, obrando injustamente y lesionando la unidad de la sociedad y de la misma Iglesia.
2.2 Criterios Doctrinales
Cristo, primer evangelizador y testigo fiel (Cfr. Ap. 1,5), evangeliza dando testimonio veraz de lo que ha visto junto al Padre y hace las obras que ve hacer al Padre (Cfr. Jn. 5, 19); sus acciones dan testimonio de que vino del Padre.
Los verdaderos cristianos, unidos a Jesús, dan a su vez este mismo testimonio. Por sus obras, testifican el amor que el Padre tiene a los hombres, el poder salvador con que Jesucristo libera del pecado y el amor que ha sido derramado por el Espíritu que habita en ellos, capaz de crear la verdadera comunión con el Padre y los hermanos.
Las obras de los cristianos guiados por el Espíritu son: amor, comunión, participación, solidaridad, dominio de sí mismo, alegría, esperanza, justicia realizada en la paz (Cfr. Sant. 3, 18), castidad, entrega desinteresada de sí mismo; en una palabra, todo lo que constituye la santidad; ésta va acompañada de frecuencia de sacramentos, oración y devoción intensa a María.
El verdadero testimonio de los cristianos es, por tanto, la manifestación de las obras que Dios realiza en los hombres. El hombre da testimonio, no basado en sus propias fuerzas, sino en la confianza que tiene en el poder de Dios que lo transforma y en la misión que le confiere.
2.3 Criterios pastorales
Siendo el testimonio elemento primero de la evangelización y condición esencial en vista a la eficacia real en la predicación (Cfr. EN 21, 49, 76), es necesario que esté siempre presente en la vida y en la acción evangelizadora de la Iglesia de manera que en el contexto de la vida latinoamericana sea un "signo" que conduzca al deseo de conocer la Buena Nueva y atestigüe la presencia del Señor entre nosotros.
En la situación que viven nuestros pueblos, los frutos del Espíritu que constituyen el núcleo de nuestro testimonio, implican que tanto la Jerarquía como el Laicado y los Religiosos vivamos en una continua autocrítica, a la luz del Evangelio, a nivel personal, grupal y comunitario para despojarnos de toda actitud que no sea evangélica y que desfigure el rostro de Cristo (Cfr. DT 607).
Esta es nuestra primera opción pastoral: la misma comunidad cristiana; sus laicos, sus pastores, sus ministros y sus religiosos deben convertirse cada vez más al Evangelio para poder evangelizar a los demás.
Sobre todo es importante que, en comunidad, revisemos nuestra comunión y participación con los pobres, los humildes, y sencillos. Será, por tanto, necesario escucharlos, acoger lo más profundo de sus aspiraciones, valorizar, discernir, alentar, corregir, dejando que el Señor nos guíe para hacer efectiva la unidad con ellos en un mismo cuerpo y en un mismo espíritu.
Esto nos pide una oración más asidua, meditación más profunda de la Escritura, despojo íntimo y efectivo según el Evangelio de nuestros privilegios, modos de pensar, ideologías, relaciones preferenciales y bienes materiales (Cfr. EN 76); una mayor sencillez de vida; el compromiso en la realización de hechos significativos como el cumplimiento cabal de la "hipoteca social" de la propiedad; la comunicación cristiana de bienes materiales y espirituales; la colaboración en acciones comunitarias de promoción humana y una amplia gama de obras de caridad, cuyo mínimo exigible es la justicia, junto con la mayor libertad ante criterios y poderes pervertidos.
Es importante también que a nivel continental, la Iglesia progrese en la realización de signos testimoniales de su vitalidad interior; entre estos signos están la mayor solidaridad entre las Iglesias particulares y la mejor coordinación pastoral a través del CELAM, que debe seguir sirviendo a la Colegialidad Episcopal y a la comunión intraeclesial en América Latina.
3. CATEQUESIS
No se respetan, a veces, las competencias que corresponden a los teólogos y a los catequistas en sintonía con el Magisterio; por lo cual, se han difundido, entre los catequistas conceptos que pertenecen a hipótesis teológicas o de estudio. (990)
-Impartir una catequesis vocacionalmente orientadora, explicando también la vocación laical, con un compromiso adaptado a las diferentes edades, desde la niñez hasta la edad adulta. (1006)
4. EDUCACIÓN
La universidad debe formar verdaderos líderes, constructores de una nueva sociedad y esto implica, por parte de la Iglesia, dar a conocer el mensaje del Evangelio en este medio y hacerlo eficazmente, respetando la libertad académica, inspirando su función creativa, haciéndose presente en la educación política y social de sus miembros, iluminando la investigación científica. (1054)
De ahí la atención que todos debemos dar al ambiente intelectual y universitario. Se puede decir que se trata de una opción clave y funcional de la evangelización, porque de lo contrario, perdería un lugar decisivo para iluminar los cambios de estructuras. (1055)
Es importante la evangelización del mundo universitario (docentes, investigadores y estudiantes) mediante oportunos contactos y servicios de animación pastoral en instituciones no eclesiales de educación superior. (1057)
De modo especial se debe decir que la universidad católica, vanguardia del mensaje cristiano en el mundo universitario, está llamada a un servicio destacado a la Iglesia y a la sociedad. (1058)
En un mundo pluralista no es fácil sostener su identidad. Cumplirá con su función, en cuanto católica, encontrando "su significado último y profundo en Cristo, en su mensaje salvífico que abarca al hombre en su totalidad". (Juan Pablo II, Alocución Universitarios 2 AAS LXXI, p. 236). En cuanto universidad procurará sobresalir por la seriedad científica, el compromiso con la verdad, la preparación de profesionales competentes para el mundo del trabajo y por la búsqueda de soluciones a los más acusantes problemas de América Latina. (1059)
Su primordial misión educadora será promover una cultura integral capaz de formar personas que sobresalgan por sus profundos conocimientos científicos y humanísticos; por su "testimonio de fe ante el mundo" (GE 10); por su sincera práctica de la moral cristiana y por su compromiso en la creación de una nueva América Latina más justa y fraterna. Contribuirá, así, activa y eficazmente, a la creación y renovación de nuestra cultura transformada con la fuerza evangélica, en que lo nacional, lo humano y lo cristiano logren la mejor armonización. (1060)
Además del diálogo de las diferentes disciplinas entre sí y especialmente con la teología, de la búsqueda de la verdad como trabajo común entre profesores y estudiantes, de la integración y la participación de todos en la vida y que hacer universitario, cada cual según su competencia, debe la misma universidad católica ser ejemplo de cristianismo vivo y operante. En su ámbito todos los miembros de los diversos niveles, -aun aquellos que sin ser católicos aceptan y respetan estos ideales- deben formar una "familia universitaria" (Juan Pablo II, Alocución Universitarios, 3 AAS LXXI, p. 237). (1061)
5. COMUNICACIÓN SOCIAL
La evangelización, anuncio del Reino, es comunicación: por tanto, la comunicación social debe ser tenida en cuenta en todos los aspectos de la transmisión de la Buena Nueva. (1063)
La Comunicación como acto social vital nace con el hombre mismo y ha sido potenciada en la época moderna mediante poderosos recursos tecnológicos. Por consiguiente, la evangelización no puede prescindir, hoy en día, de los medios de comunicación. (1064)
5.1 Situación
Por la diversidad de medios existentes (radio, televisión, cine, prensa, teatro, etc.), que actúan en forma simultánea y masiva, la comunicación social incide en toda la vida del hombre y ejerce sobre él de manera consciente o subliminal, una influencia decisiva. (1066)
No obstante los aspectos positivos señalados, debemos denunciar el control de estos Medios de Comunicación Social y la manipulación ideológica que ejercen los poderes políticos y económicos que se empeñan en mantener el "statu quo" y aun en crear un orden nuevo de dependencia-dominación o, al contrario, en subvertir este orden para crear otro de signo opuesto. La explotación de las pasiones, los sentimientos, la violencia y el sexo, con fines consumistas, constituyen una flagrante violación de los derechos individuales. Igual violación se presenta con la indiscriminación de los mensajes, repetitivos o subliminales, con poco respeto a la persona e igual a la familia. (1069)
Salvo contadas excepciones, no existe todavía en la Iglesia de América Latina una verdadera preocupación para formar al pueblo de Dios en la comunicación social; capacitarlo para tener una actitud crítica ante el bombardeo de los "Mass Media" y para contrarrestar el impacto de sus mensajes alienantes, ideológicos, culturales y publicitarios. Situación que se agrava por el poco uso que se hace de los cursos organizados en esta área, escaso presupuesto asignado a los Medios de Comunicación Social en función evangelizadora y descuido de la atención que se debe a propietarios y técnicos de dichos Medios. (1077)
5.2 Opciones
Criterios

  1. Integrar la comunicación en la pastoral de conjunto. (1080)
  2. Dentro de las tareas para realizar en este campo, dar prioridad a la formación en la comunicación social, tanto del público en general como de los agentes de pastoral a todos los niveles. (1081)
  3. Cada Iglesia particular dentro de las normas litúrgicas, disponga la forma más adecuada para introducir en la liturgia que es en sí misma comunicación, los recursos de fondo e imagen, los símbolos y formas de expresión más aptos para representar la relación con Dios, de forma que se facilite una mayor y más adecuada participación en los actos litúrgicos. (1086)