SOLEDAD volver al indice
 

     En 1970 cotraduje La soledad humana. Un libro cuya lectura, capítulo tras capítulo (no sabemos estar solos, estamos solos, aprendamos a no estar solos, aprendamos a estar solos), ayuda a asumir la soledad en su doble vertiente de pobreza y de riqueza.
     El capítulo octavo es una traca de 35 aforismos más o menos verdaderos, luminosamente convertibles del derecho al revés.
     Como en la página 198, la última, queda un buen espacio en blanco lo aproveché para llenarlo con esta cita de san Agustín:

«La Iglesia es como una era en la que se encuentran mezclados el grano y la paja. Cuando se la mira desde lejos, se diría que no hay más que paja en la era. Hay que remover la paja con los brazos y hay que soplar fuerte con la boca, para que se vaya esparciendo la cáscara y pueda verse el grano. De no ser así nadie puede ver el grano. Y hasta puede que suceda una cosa extraña: como los granos están esparcidos por toda la era y sin tocarse unos a otros, cada uno de ellos puede incluso llegar a creer que está completamente solo».

     Una cita de la que echo mano a veces para uso propio y ajeno.