PERFUME volver al indice
 

     Lo de rodar por el mundo tiene sus ventajas: te crece el horizonte del corazón.
     Enviar recuerdos luego no es que sea obligatorio: si recuerdas se te nota y se nota.
     Pero hay que cuidar la manifestación del recuerdo. ¿Cómo enviarle una postal con una begonia bertini o multiflora a quien sufre alergia a las flores? ¿O a un impío, la fotografía de una catedral?
     Sin embargo, a los alérgicos florales se les puede escribir con papel perfumado. Y a los otros... humedecer el sobre con un poco de agua bendita.
     Es lo que hice el año pasado: comprar cien sellos de los aparecidos con motivo del milenario de la lengua castellana. Sello que reproduce la página 72 del Códice Emilianense 60.
     Mis corresponsales, incluidos los alérgicos a tener Padre, recibieron así el discreto perfume de una oración. La escribió hace mil años un desconocido creyente:
     «Con el ayudamiento de nuestro dueño, don Cristo, don Salvador, el cual dueño es en la honra y el cual dueño tiene la potestad con el Padre, con el Espíritu Santo, en los siglos de los siglos. Háganos Dios omnipotente tal servicio hacer que delante la su faz gozosos seamos».
     Da gusto hablar y escribir una lengua cuya primera huella sabe a alabanza perfumada al Padre, al Hijo y al Espíritu. Y poder hacer discretos regalos a los amigos lejanos, a todos.