—¡Tú no envías christmas por Navidad?
—Pues no.
—¿Por qué?
—Por pudor.
Sin embargo, yo que no envío christmas a los otros, al llegar el adviento cada año me envío uno a mí mismo: saco del segundo cajón de la derecha de mi escritorio este texto de san Agustín y lo pongo a la vista hasta después de Reyes:
Quaeramus inveniendum,
quaeramus inventum.
Ut inveniendus quaeratur,
occultus est.
Ut inventus quaeratur,
immensus est.
(Busquemos [amemos] al que ha de ser encontrado, / amemos [busquemos] al encontrado. / Para que sea buscado el que ha de ser encontrado, / está oculto. / Para que sea amado [buscado] una vez encontrado, / es inmenso.)
Traducido pierde, pierde demasiado. Porque se trata de un juego de palabras, a lo que tan aficionado es el santo obispo.
Así y todo sabe muy bien cuando se paladea. Y más en latín.
¿Quieres probarlo?