AUGUSTO volver al indice
 

          Ahora que por obra y gracia de Juan Pablo II conocemos cada día más cosas de Polonia conviene desempolvar esta breve carta escrita por Augusto Hlond, primado de Polonia, el día en que fue creado cardenal por Pío XI.
     Es un magnífico tratado de pedagogía vocacional:

     Querida madre:
     Hoy el Santo Padre se ha dignado crearme cardenal de la Santa Iglesia Católica Romana. En estos momentos de honda emoción tengo que escribirte, antes que a nadie, a ti.
Al recorrer ahora con la imaginación los caminos admirables por los que me ha guiado la divina Providencia, tu imagen viene inmediatamente a mi pensamiento. Incomparablemente mejor que muchos sabios pedagogos has levantado en el alma de tus hijos el fundamento sólido de la fe y del respeto a los derechos de Dios. Y como sabías el arte de rezar fervorosamente, nos has enseñado el secreto de la oración brotada del alma, oración sobre la que se ha basado hasta hoy mi fuerza y mi confianza. Tú, al no educarnos blandamente, al no consentir nuestros gustos, nos has abierto un camino de felicidad; nos has enseñado a amar una vida de trabajo, una vida dura; a amar antes que nada el deber y a cumplirlo sencilla y alegremente. Después de la gracia de Dios, debo a tu ejemplo el que haya seguido el camino que me ha conducido a lo que ordinariamente se llama «una dignidad», pero que en casa nos hemos acostumbrado a considerar como un mayor servicio.
     En estos días en los que el Papa ha querido honrar tanto a nuestra casa, te agradezco que hayas sido tan buena para conmigo, y te pido una oración para que pueda con mi trabajo promover la gloria de Dios, la grandeza de la Iglesia y la felicidad de mi pueblo.Deposito en espíritu estos mismos sentimientos sobre la tumba de mi amadísimo padre, modelo acabado de entrega y de energía. Procuro imitarle. Lleno de reconocimiento y de respeto pide, madre mía, tu bendición maternal y besa tus manos gastadas por el trabajo tu hijo
    Augusto